¿Dónde yo podría ser un aporte? Ésta fue la pregunta que hace unos 30 años inquietó a Rodrigo Poblete Altamirano, el nuevo director del Servicio Jesuita a Migrantes Antofagasta (exCiudadano Global), oficina dedicada al trabajo con inmigrantes en todo el mundo.
El sacerdote jesuita en marzo sucedió a Pablo Kramm Yuraszeck, quien estaba a cargo de la ONG ubicada en la intersección de las calles 14 de Febrero con Prat. Poblete, oriundo de Magallanes, lleva 15 años en el sacerdocio y cuando estaba cerca de egresar como profesor de Historia, su trabajo en campamentos en época del gobierno militar lo llevó a apreciar la vida de otra manera.
"La experiencia de trabajar en campamentos me hizo pensar que hay un sentido más profundo de la existencia que solamente lo laboral. La fe se juega en el encuentro con los otros más que en el cumplimiento de preceptos", aseguró el también titulado en Filosofía y Teología de la Pontificia Universidad Católica. Ingresó a la Compañía de Jesús, donde comprendió que la dignidad humana es intransable, algo que más tarde fue fundamental para trabajar con inmigrantes.
servicio
¿Qué experiencia lo marcó, como para de dedicar toda su vida a servir a los demás?
-Dos meses antes de hacer los votos tuve el mes de peregrinación. Durante un mes coloqué mi vida en las manos de Dios, salí a la calle sin dinero y con un bolso con ropa interior, una polera y un pantalón.
En Santiago estuve en una población muy pobre y durante un mes viví de la basura, recolectando cartones. Trabajábamos toda la noche antes que llegara el camión de la basura y en la mañana reciclábamos el papel. Sentí la discriminación y eso me hizo ser empático con los que sufren y comprendí porque la gente que vive con tan poco es feliz, sus preocupaciones son otras. En esta experiencia bajé 10 kilos, me cambió la vida y decidí consagrarme para servir.
¿Cómo aprecia el escenario migratoria en Antofagasta, que en los últimos tuvo aumento?
-No me llama la atención, viví en España y vi todo el flujo de la migración de africanos a Europa. Todos los países que mejoran sus estándares de vida son polos atractivos. Lo que pasa en Antofagasta, ciudad con el per cápita más alto de Chile, es consecuencia de disponer de grandes recursos, es un fenómeno sociológico que no podemos cambiar.
Lo que sí podemos cambiar es ver cómo queremos vivir esta realidad, negándola, sintiendo que es un peligro o sentirla como una gran oportunidad.
Según sus estadísticas, ¿cuántos inmigrantes hay en la ciudad, entendiendo que cada vez crece el número de ellos que al no tener otra opción, termina en campamentos?
-Son 30.800 y la mitad de ellos son colombianos. (Los campamentos) son parte de nuestra falta de acogida, pero el problema de la habitabilidad es anterior a la llega de extranjeros. Para las grandes empresas que viven de la construcción de viviendas sociales, no es rentable venir a Antofagasta y al pasar eso, la necesidad no disminuye.
Si el Estado no tiene la capacidad de movilizar esto, el chivo expiatorio termina siendo el inmigrante, quienes desde mi punto de vista, traen riqueza al país, son gentiles.
dificultades
¿Cuál es la principal dificultad que enfrentan los migrantes que llegan a la región?
-Uno de los problemas con los que más nos topamos es con la regularización de los papeles de los inmigrantes. Nos estamos preocupando de que la ley que salga tenga mínimos y que pueda mejorarse la velocidad de la tramitación de documentos.
Los inmigrantes no pueden esperar hasta un año para obtener sus papeles, porque la gente no viene a hacer turismo, viene sin nada y con familia, por eso necesitan rápidamente sus papeles. El extranjero vive una situación de vulnerabilidad elevada que muchas veces traspasa los derechos humanos.
¿Cuánto tiempo estará designado y de qué manera puede ayudar la oficina del Servicio Jesuita a Migrantes Antofagasta?
-La oficina (en calle 14 de Febrero N° 2589 atiende de lunes a viernes de 9.30 a 13 horas. De manera gratuita y absolutamente confidencial ofrecemos ayuda para realizar los trámites migratorios, también brindamos capacitaciones para tener mayores oportunidades de trabajo. También estamos armando una bolsa de trabajo para quienes necesiten buscar ofertas.
Normalmente nos destinan por seis años y me gustaría cumplir todo el periodo porque me encanta la ciudad, esa combinación de mar y desierto. En este tiempo me gustaría colaborar en tener una mejor recepción para los inmigrantes y disminuir su vulnerabilidad. Si logramos mejorar esto, sería muy feliz.