La expansión de los minicasinos no para: ya hay doce en el centro
fiscalización. Concejales aseguran que están de "manos atadas" para regular polémicos negocios.
En pocas cuadras del centro de la ciudad, hoy se concentran doce casinos de juegos con atractivas máquinas que prometen millonarios premios.
En esos negocios, además de mantener felices a sus clientes con caramelos, galletas y jugos gratis, realizan periódicamente sorteos que van desde una cocina hasta automóviles cero kilómetro.
Por si fuera poco, encantadoras señoritas atienden personalmente a cada cliente de las aproximadamente 738 máquinas distribuidas en el centro.
Los locales, con distintos grados de sofisticación atraen cada día a cientos de personas, en su mayoría mujeres de edad avanzada y hombres mayores.
Pero la proliferación de estos recintos de entretención para adultos tiene preocupados a los vecinos y a las mismas autoridades municipales.
Andrea Merino, concejal de Antofagasta, dijo que el tema de fondo es la figura legal bajo la cual funcionan estos negocios que impide una correcta fiscalización y tiene el centro hasta con dos minicasinos por cuadra.
"Incluso en algunos municipios incluido el de Antofagasta, se intentó regular mediante una ordenanza pero Contraloría mandó a retroceder esa iniciativa porque las ordenanzas no pueden estar sobre la ley".
La concejal va más allá: "está todo mal concebido porque en principio teníamos máquinas en negocios y almacenes pero hoy son verdaderos casinos que funcionan sin una normativa y que además representan a grandes capitales. No son de emprendedores locales".
La concejal reconoce que los casinos del centro son de empresarios foráneos "muy poderosos", que dejaron atrás a los pequeños emprendedores locales, asegurando que a falta de una legislación clara, los esfuerzos del concejo son infructuosos por detenerlos.
"Hicimos una ordenanza para restringir varios temas como la cantidad de máquinas que hay en cada local y establecimos un metraje entre máquina y máquina. Todas las previsiones que tomamos eran para evitar su proliferación, pero Contraloría nos mandó a decir que eso no corresponde. La agrupación local fue la que resultó perjudicada", explicó Merino.
Atados
El empresario y concejal Gonzalo Santolaya, coincide con Andrea Merino en la falta de una ley clara, ya que la que existe, los dejaría con las manos atadas ante el problema.
"Cuando a nosotros nos llegan estas propuestas al municipio, si están con toda la documentación de acuerdo a la ley orgánica municipal, teniendo todos los informes a su favor, no tenemos ninguna atribución para negar su apertura porque así está configurado en la ley".
Santolaya aclaró que si no hay antecedentes en contra para cuestionar la solicitud de la patente como partes policiales o quejas de juntas de vecinos, como ocurre cuando se gestionan las patentes de alcoholes, es imposible, por ley, denegar esos permisos.
"No hay forma de no entregar esos permisos y revocarlos. En este caso, la legislación vigente ampara el desarrollo de estos negocios y negarlos sin tener un fundamento jurídico válido no es posible", enfatizó.
La única forma de cambiar esa figura, dijo Santolaya, es que cambie la legislación por una que faculte, permita o prohíba la instalación de estos minicasinos en las calles de la ciudad.
"No podemos cuestionar su instalación sin antecedentes en contra, ya que no tenemos la facultad para negarle el derecho a cualquier ciudadano de emprender en este país", manifestó.
El municipio confirmó que la patente bajo la cual operan los cuestionados casinos es el giro "juegos de destreza".
Corte
Pese a las excusas de los concejales de Antofagasta, hay ejemplos cercanos de triunfos de municipios ante los minicasinos. La municipalidad de Calama logró erradicarlos completamente tras librar una batalla judicial que llegó hasta la misma Corte Suprema. Sin embargo, durante 2014 resurgieron en rebeldía dos de estos establecimientos contra los cuales la administración comunal mantiene la pelea.
Sobre estos últimos el alcalde de la comuna, Esteban Velásquez, explicó que "en una actitud casi mafiosa han insistido en abrir. Los clausuramos y rompen los sellos, requisamos sus máquinas y traen nuevas. Ahora los tenemos en la Fiscalía y pronto serán sometidos a proceso".
Según él, para erradicar a estos "minicasinos" es necesario "pleno convencimiento de que estamos en lo correcto y ellos al margen de la ley. Buscamos una serie de antecedentes respecto de los cuales tanto la Corte de Apelaciones como la Suprema nos favorecieron. En esta administración hay un convencimiento absoluto respecto de que estos locales están en contra de la principal responsabilidad de un alcalde: mejorar las condiciones de vida de los habitantes de su comuna", dijo.
Ese sencillo mandato legal les permitió terminar con el problema. "Probamos ante la ley que estos locales se apartan de todo margen legal, porque no son salas de juegos de video ni destreza, sino de juegos de azar donde se apuesta dinero".
Finalmente, aseguró que muchos de los dueños de estos locales entendieron que le estaban haciendo un daño a Calama y decidieron abrir otro tipo de negocios. "Cambiaron de giro y están desarrollando otro tipo de actividades como librerías, bazares, artesanías, que han sido muy bien recibidos por la comunidad".