Obama busca calmar temor árabe tras acuerdo con Irán
Aliados. El Mandatario encabezó una cita con líderes del Golfo Pérsico que estuvo marcada por varias ausencias.
El Presidente de EE.UU., Barack Obama, recibió ayer en su residencia de Camp David a representantes de países árabes aliados para disipar sus temores sobre la seguridad en la región tras el acuerdo nuclear con Irán.
Junto con Israel, los seis países del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (CCEAG), Bahrein, Kuwait, Omán, Qatar, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, son los que más críticos han sido respecto del acuerdo entre EE.UU. e Irán.
Si bien el encuentro programado para ayer fue anunciado el 3 de abril -el mismo día en que se selló un acuerdo preliminar con Irán en Suiza-, sólo dos de los países, Kuwait y Qatar, enviaron a sus jefes de Estado. El resto no concurrió alegando distintos motivos, lo cual fue interpretado por algunos analistas en Washington como un desaire a Obama.
La Casa Blanca también intentó bajar el tono al desaire diplomático sufrido cuando el rey saudí, Salman bin Abdulaziz, decidió no concurrir a Camp David y enviar en su lugar al príncipe heredero.
En la cita, Obama aseguró a los líderes árabes que el acuerdo nuclear que negocia con Irán no precede a un cambio sustancial en la relación con Teherán, y advirtió que sería peligroso dar pie a una "carrera de armas" atómicas en la región.
"Hemos dejado claro que esto es una transacción, centrada en el tema nuclear, un acuerdo muy específico que lidiará con el programa nuclear de Irán", señaló el asesor adjunto de seguridad nacional de Obama, Ben Rhodes, en una conferencia de prensa tras la sesión.
"Esto no es parte de un cambio en términos generales en la relación entre EE.UU. e Irán", añadió el asesor.
El objetivo de los países del Golfo era lograr en esta cumbre un compromiso de Obama para un tratado de seguridad mutua, algo que se esperaba que no ocurriera dado que la Casa Blanca se inclina por ofrecerles únicamente asistencia para que ellos desarrollen su propio sistema conjunto de defensa antimisiles.
Así lo adelantó este semana Colin Kahl, un asesor del vicepresidente, Joe Biden, quien anticipó algún anuncio sobre más ejercicios militares conjuntos para afrontar retos de seguridad marítimos y aéreos.
En cuanto a Irán, más allá de las negociaciones nucleares, los aliados del Golfo están también preocupados por la prioridad que creen que está dando EE.UU. a la relación con ese país dentro de su política hacia la región.
Camp David, residencia presidencial de los montes Catoctin, a cien kilómetros de Washington, ha sido escenario de cumbres históricas. Allí, por ejemplo, se alcanzó la paz entre Israel y Egipto en 1978.
El diario The New York Times informó ayer que Arabia Saudita y otros Estados del Golfo Pérsico decidieron impulsar sus programas nucleares para igualar las capacidades de Irán, al menos aquellas que se le permita retener a Teherán una vez firmado el pacto definitivo con las potencias mundiales. No obstante, el asesor de Obama Ben Rhodes aseguró que ninguno de los líderes del Golfo planteó ayer "ninguna indicación de cambiar su política energética doméstica".