El lunes, pocas horas después del cambio de gabinete realizado por la Presidenta Michelle Bachelet, el senador Pedro Araya almorzó en privado con el intendente Valentín Volta para analizar el nuevo panorama, que se advierte complejo para el DC.
Volta enfrenta la dificultad de haber visto partir a todos los ministros políticos de La Moneda, situación que lo pone ante un escenario de mucha incertidumbre, más si -como advierte el mismo Araya- los partidos están tratando de aprovechar el momento para ajustar sus piezas pensando en las elecciones parlamentarias de 2017.
El senador asume que una "renegociación de las intendencias" es la principal amenaza para la autoridad, que pese a tener buenos indicadores de gestión, en sus primeros catorce meses no ha construido redes en el mundo político.
PROCESO
¿Tras los cambios a nivel de ministros, deben seguir las modificaciones en las regiones?
-Después de lo ocurrido esta semana, es claro que el proceso debiera trasladarse a intendentes, gobernadores y seremis. Cuando vemos que han salido cinco ministros y otros han sido trasladados, no cabe sino hacer un proceso de evaluación hacia abajo. Por eso yo esperaría cambios.
¿La pregunta que surge a partir de eso es si Valentín Volta debe seguir como intendente?
-Yo creo que Volta ha ido de menos a más. Percibo que con los meses se fue afianzando y ha logrado transmitir un liderazgo. Mi impresión es que debe mantenerse en esta nueva etapa, pero lo que también creo con firmeza es que si Volta es ratificado, debe realizar cambios profundos en su equipo de trabajo, porque hay áreas muy deficitarias.
Queda la impresión que Volta no tiene apoyo desde la región. Ningún partido ha salido a respaldarlo y los parlamentarios, salvo usted ahora, tampoco han sido claros en expresar apoyo...
-Es que una de las debilidades que ha tenido son justamente las relaciones con el mundo político, porque cuando uno evalúa a Volta se da cuenta que la región desde el punto de vista de la gestión presupuestaria y administrativa, está muy bien posicionada. El problema del intendente es que le ha costado mucho afianzarse políticamente.
¿Y eso le puede pasar la cuenta?
-Lo que pasa es que en un escenario político donde todos los partidos se la van a jugar por ubicar sus fichas con miras a la próxima elección senatorial, la región puede terminar siendo una moneda de cambio, porque hoy el interés está en las regiones impares.
Pero eso habla muy mal del proceso de selección de los intendentes, porque al final la gestión pasa a segundo plano...
-Bueno, por eso es conveniente recordar siempre que los nombramientos son una atribución exclusiva de la Presidenta. Es ella que la finalmente elige a sus colaboradores.
¿Y la Bachelet actual, que no es la misma que asumió, puede soportar la presión de los partidos?
-La Presidenta ya nos mostró cómo enfrenta estos temas con el cambio de ministros, donde optó por la idoneidad. Sin embargo, si los partidos adquieren más injerencia, la cosa puede ser diferente.
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¿A nivel general, qué sensación le dejó el cambio de ministros y la forma en que se produjo?
-Siempre las formas pueden ser mejores, de hecho haber anunciado en un programa de televisión un proceso de revisión del gabinete y darse un plazo de 72 horas que luego se extendió, puede no ser lo mejor, sobre todo porque generó un altísimo nivel de rumores y especulaciones. Pero el cambio en sí me pareció correcto.
¿El hecho que no se haya informado a prácticamente nadie, qué nos dice sobre las relaciones y la comunicación de la Presidenta con los actores políticos?
-Yo no concluiría nada. La Presidenta ha sido fiel al estilo que le conocemos en lo relativo a la forma de armar su equipo. Basta mirar atrás y ver en el anterior gobierno cómo se producían los cambios de gabinete. Siempre los círculos que conocían los planes eran muy acotados y muchas veces se excluyó a los dirigentes políticos. Creo que más bien refleja el estilo con que se toman las decisiones en palacio.
¿Pero es el estilo que se necesita?
-Entendiendo que se trata de una atribución exclusiva de la Presidenta, por el momento político que vive el país, considero que esta vez habría sido necesario un mayor diálogo con la coalición de gobierno.
¿Por qué se elige a Jorge Burgos para reemplazar a Rodrigo Peñailillo en Interior?
-Tengo la mejor impresión de Jorge Burgos, lo conozco hace muchos años y sé que es una persona que tiene muchas capacidades, que tiene apoyos transversales de la Nueva Mayoría, la Alianza y también del mundo independiente.
Y lo que buscó la Presidenta, atendido que Peñailillo había cumplido un ciclo, es una persona que tuviera otra forma de llevar adelante el programa.
Burgos lo primero que dice es que en su ejercicio buscará más diálogo con todos los sectores, como si ese diálogo no hubiese existido antes, ¿cómo recibe esas declaraciones del nuevo ministro?
-Bueno, eso responde mucho al estilo de Jorge. Él se caracteriza por ser bastante dialogante. Le gusta mucho llegar a acuerdos y por eso no me extraña lo que dijo. Me parece que en el fondo nos está enviando una señal de que buscará construir más acuerdos en las reformas que vienen.
¿Pero no siente que la búsqueda de acuerdos puede desdibujar los objetivos de la Nueva Mayoría en términos de desarrollar reformas estructurales?
-Creo que no, porque él está absolutamente consciente que existe un programa de gobierno con transformaciones profundas que tenemos que llevar adelante. Lo que pasa es que al ministro Peñailillo le tocaron reformas muy complejas (binominal, tributaria y educacional) donde era difícil llegar a acuerdos con la alianza.
Hoy al ministro Burgos le van a corresponder otros temas que posiblemente van a permitir más diálogo, como la reforma laboral y la constitucional, sobre todo esta última, donde la Nueva Mayoría no tiene los votos para avanzar sola.