"Mad Max: Furia en el camino"
AmeMás que una nueva versión de la ya mítica trilogía 'Mad Max', que protagonizó Mel Gibson, esta película también dirigida por el australiano George Miller, viene a demostrar que el cine de aventuras, denominado de blockbuster, puede alcanzar una calidad visual y una densidad temática impensable, sobre todo por efecto de comparación con otros filmes que inundan la cartelera y que no tienen la capacidad casi hipnótica de estas imágenes.
"Mad Max: furia en el camino", con el inglés Tom Hardy como protagónico y una muy interesante Charlize Theron de compañera, está ambientada en un mundo post apocalíptico, donde el agua es el elemento más preciado por lo escaso. La sociedad se ha fragmentado en clanes que sobreviven a duras penas en medio de las dunas y los cerros, en condiciones casi salvajes que vagan por las carreteras.
Es en ese escenario en el cual Mad Max, antes policía y hoy un hombre que vive con constantes flashback de un pasado violento, en el cual perdió a su familia, trata de escapar no solo de quienes lo han tomado prisionero, sino también trata de dejar de lado culpas que lo inmovilizan y le hacen vulnerable.
Pero lo interesante de este filme futurista es que el realizador Miller no se queda en la superficie o en las impresionantes escenas de carretera, donde los vehículos son un culto a lo kitsch, sino que escarba en el interior de sus personajes: cada uno tiene motivaciones -extrañas y retorcidas sí, pero las tienen- y saca provecho de modo notable al paisaje ocre, desértico, desolado y a un montaje efectivo, lejos una lección absolutamente diferente, por ejemplo, a películas como 'Rápidos y furiosos' en donde el tema de los vehículos, la carretera y la violencia operan solamente por acumulación.
La historia no da tregua y parte de manera potente: Mad Max escapa de sus captores, se encuentra con Furiosa, una líder innata que tiene su brazo izquierdo amputado y el coraje para tratar de alcanzar un sitio mítico en donde proteger a un grupo de mujeres, una de las cuales está embarazada, preservando así la especie humana. Ambos están obligados a unir sus fuerzas y vagar por las carreteras post apocalípticas, tratando de llegar a un destino tan incierto como peligroso.
Con una cantidad impresionante de referencias visuales bien asumidas y entendiendo las diferencias que han sucedido desde la primera entrega de su serie Mad Max hace más de 30 años, el director George Miller reinventa a su personaje, lo potencia y lo lanza a la aventura conciente de cuánto han cambiado los espectadores del cine actual: aquí predomina la estilizada violencia y los planos de detalle bien cuidados en su composición y, superando su propia marca, genera un filme que puede erigirse con identidad propia, sin deberle nada a la anterior entrega.
Y este Mad Max es tan atípico que en el primer cuadro, teniendo de fondo el mismo paisaje y el ropaje de Mel Gibson en el milenio anterior, lo primero que hace es comerse un lagarto de dos cabezas, poniendo la advertencia desde el comienzo: el filme tendrá dos vertientes, una de pura acción -notable y bien conducida- y una espiritual, por donde corren varias ideas características del cine que imagina el mundo futuro como desolado por las guerras y las pestes, denominado anti utópico porque precisamente ya no hay cabida para el sueño.
De este modo, 'Mad Max: furia en el camino' es un cóctel de carreteras inundadas por vehículos, por tribus en pie de guerra, por desierto y personajes de caricatura que tienen una banda sonora constante de fondo y una estética exquisitamente trabajada, donde todos tienen una sola meta: sobrevivir en un mundo donde los únicos seres 'normales' son un tipo solitario y herido (Mad) y una heroína que pretende salvar a sus congéneres, porque entienden que en medio de la locura y el caos, el mundo debe seguir adelante.
La película es, entonces, una carrera enloquecida mientras se desarrolla una lucha bestial y todo el filme se desplaza con rapidez y violencia sin un minuto de respiro. Aplausos para George Miller: ha sido capaz de reinventar a su más grande héroe y otorgarnos una de las películas más entretenidas y vibrantes de los últimos tiempos que, por lejos, es un buen filme en su factura, género y alcances.