Más de 400 personas seguían desaparecidas ayer después del hundimiento de un barco en el río Yangtsé, en el centro de China, informaron medios estatales chinos, que hablaron de lo que es posiblemente "la peor catástrofe naviera en casi siete décadas".
A pesar de que se montó un operativo de rescate de gran envergadura, en el que participan más de 4.600 rescatistas y 200 buzos, sólo se habían recuperado 40 cadáveres 48 horas después de la catástrofe. Solo 14 sobrevivientes han podido ser rescatados hasta el momento.
El agua turbia del río, la fuerte corriente y las bajas temperaturas complican enormemente los intentos de los buzos, equipados con potentes reflectores, de buscar víctimas en el interior del barco. Para facilitar la búsqueda se redujo el nivel del agua del río Yangtsé disminuyendo la salida del agua de la presa de las Tres Gargantas, situada río arriba.
Además, los equipos de rescate comenzaron a perforar el casco del buque en un intento a contrarreloj de hallar sobrevivientes. Según confirmó la agencia Xinhua, los equipos planean hacer un agujero rectangular de unos 55-60 centímetros en parte de la quilla del barco que sobresale del río, que es la base de la embarcación, ya que se dio la vuelta al hundirse.
El capitán y el ingeniero jefe sobrevivieron al naufragio y están bajo custodia de la policía. Los dos atribuyeron el accidente a un tornado.