Las sombras del fútbol
Cuando el miércoles 27 de mayo último la fiscal general de los Estados Unidos, Loretta Lynch, acusó y detuvo en Zurich a 14 implicados (9 miembros de la FIFA y 4 empresarios) por corrupción, el mundo fútbol se removió.
Según Lynch, esta trama se remonta a 1991. "Hicieron estas prácticas año tras año, torneo tras torneo". Fraude, conspiración para el lavado de dinero, soborno. Con cargos federales, habitualmente reservados para mafias o carteles de la droga, se describieron en detalle las tramas de corrupción.
Las más frecuentes fueron el pago o la exigencia de sobornos por más de 150 millones de dólares entre los cargos FIFA y empresarios de compañías que comercializan derechos deportivos y de retransmisiones.
La acusación coincidió en la misma semana que la FIFA celebraba su 65° congreso y la elección de su próximo presidente. A su vez, Suiza ha abierto investigaciones de las concesiones de los mundiales de 2018 y 2022, a Rusia y Qatar.
En pocas palabras, un terremoto de acusaciones en un organismo que, según sus principios, es el encargado de regular y promocionar el fútbol, el deporte más popular del mundo. En cambio, durante al menos 24 años ha alimentado la "cultura de la corrupción y avaricia".
También hay referencias a otros 25 conspiradores que, por ahora, no se identifican con nombres. ¿Habrá algún conocido nuestro en estos 25? El tiempo lo dirá, ya que, como dijo el fiscal Currie, "este es el principio de nuestro esfuerzo, no el final. El mensaje para la FIFA y para el fútbol es que la investigación continúa".
¡Y colorín colorado, este cuento para Blatter se ha acabado! Este martes y fruto de las enormes presiones y señalado como el principal instigador, él ha renunciado a su cargo. Se va el encantador de serpientes, el hombre que podía vender un refrigerador a un esquimal, según dicen los que le conocen.
Urge la reestructuración de la FIFA y que la decencia haga acto de presencia. Se va el apóstol del juego sucio, y nos alegramos.
El fútbol necesita un nuevo comienzo para que los organismos que lo gobiernan hagan una supervisión honesta y apoyen a un deporte adorado.
"No hay legado más valioso que la honradez". William Shakespeare.