Afines de octubre de 2009 el Concejo Municipal de Antofagasta aprobó la ordenanza de "Control y Prevención de Ruidos Molestos". El documento estableció que las constructoras sólo podían trabajar hasta las 21 horas y se prohibieron los 'ruidos molestos' de fuegos artificiales e instrumentos musicales en la vía pública.
A ello se sumaba que los comerciantes ambulantes no podían ofrecer sus productos tan "exageradamente" y los carruseles de entretenimiento estaban autorizados para funcionar sólo hasta las 23 horas.
Las circunstancias de esos años lo ameritaban, porque la capital regional era considerada 'ruidosa' en el país, pero ¿se imagina que hoy lo sancionen por batirse a duelo con su vecino o que se lo lleven preso por hacer sonar unas campanas incitando a la gente a revelarse contra el Estado?
Eso era posible hace 130 años, cuando apenas comenzaba a regir el primer Código Penal en Chile, que es uno de los más antiguos del mundo.
Por aquellos tiempos los chilenos hablaban de otras formas y las leyes nombraban al caballo en vez del auto. Y la aristocracia resolvía sus conflictos con un duelo.
generaciones
Pese a que pasaron muchos años, aún siguen vigentes estas leyes que datan de finales del Siglo XIX, pero que hoy suenan "absurdas y obsoletas" (ver recuadro) para los chilenos que nacieron con celulares en sus manos.
El profesor de Historia que no revela su edad, Floreal Recabarren Rojas, reflexiona sobre el tema y dice "no creo que sean tan antiguas y absurdas".
¿Por qué? "Porque bañarse en pelotas no se permitía antes y ahora tampoco. A principios del Siglo XX obligaban a que el hombre usara una faldita y la mujer también".
Y agrega que "son absurdas si lees una ordenanza que dice que se prohíbe dejar al caballo solo en la calle, porque no había autos en ese tiempo. Es lo mismo hoy, porque yo te estoy hablando de una disposición que salió hace 130 años".
'amo' y 'criada'
El profesor de Derecho Penal de la Universidad de Antofagasta, Carlos Cabezas, explica que estas leyes "pueden catalogarse de absurdas hoy, pero en el pasado respondían a intereses sociales de esa época".
Y relata que subsisten porque el Código Penal no ha sido reemplazado. "Tenemos uno de los más antiguos del orbe y todavía está vigente en forma completa. Sabemos que hoy nadie se reta a duelo, pero en su época parecía ser una necesidad político criminal importante y era necesaria su criminalización", afirma el académico.
Cabezas ve difícil que se actualice este código que aún posee palabras antiguas como "amo", "señor" y "criada", ya que "no hay mucha voluntad ni interés político en modificarlo".
Recuerda que durante los gobiernos de Ricardo Lagos, Sebastián Piñera y ahora en el segundo de la Presidenta Michelle Bachelet se han formado comisiones para actualizarlo, pero aún no se ha concretado su modificación.
"El Código Penal no es un mal código, tiene más de 100 años de vigencia y es primordialmente liberal y respetuoso de garantías importantes. Pero sí requiere de una actualización como lo vemos actualmente a propósito de la delincuencia económica o de cuello y corbata, que parece ser una necesidad social importante".
'pajaritos'
Sobre la comisión que trabaja en la actualización de este código, agrega que "entiendo que está conformada principalmente por académicos de Derecho Penal y personas ligadas al foro penal".
Y explica que se renovará completamente, no sólo en su lengua, también se eliminarán artículos obsoletos y se agregarán nuevas especificaciones.
El profesor Floreal Recabarren se sumerge en sus recuerdos y cuenta que "en su momento el alcalde Maximiliano Poblete Cortés le pidió a la gente que le diera agua a los pajaritos porque habían muchos. Si habían muchos gorriones y lo hacía porque eran tiempos de sequías en Antofagasta".
¿Y qué piensa sobre la ley que multa a los que toquen guitarra o cuenten chistes sin permiso?
-Eso ni siquiera se aplica, ni en las micros. Si a veces llegan unos viejos que les daría plata para que se callaran.
¿Y qué opina de la ley que sanciona el uso de las campanas para revelarse contra el Estado?
-Es una brutalidad, porque antes uno se levantaba cuando tocaban las campanas de la iglesia y eso era como una especie de gallo. Y fíjese que hay gente que se enoja porque canta un gallo, a mí si me despertara uno, sería feliz.