Las sombras de Chile en Bolaño
Nocturno de Chile de Roberto Bolaño, publicada el año 2000, después de Estrella distante, es la segunda y última novela del autor que habla de nuestro país y, en cierta forma lo hace, para callar el sonido atronador del silencio, ese silencio cómplice que mantuvo la literatura nacional durante años en relación a abusos y horrores de diversa especie. La protagonizan críticos literarios insignes: Alone es Farewell y Urrutia Lacroix o el cura Ibacache es Ibañez Langlois o Ignacio Valente, ambos conocidos por sus columnas de El Mercurio.
El primero es visitado por hordas de escritores enterrados en vida y el segundo, a cuya voy interior y exterior se debe la narración, hace un recuento de sus acciones y un examen de conciencia permanente a través de la interpelación del "joven envejecido", que sería el mismo Bolaño haciendo preguntas y alumbrando la tela de este claroscuro.
La acción se inicia en 1950, con Ibáñez Langlois como discípulo de Alone, yéndolo a visitar a su fundo para encontrarlo junto a Neruda, bajo la luna, recitando poemas de Ruben Darío. Esta escena de alguna manera simboliza el apego a la tradición y a los emblemas, cuando en Chile había muchas voces que no merecieron la atención de la crítica oficial. La historia avanza rápido, hasta llegar al golpe de Estado, y retrata al crítico Ibacache haciéndole clases de marxismo a la junta militar, a petición de Pinochet. Escenas que, sacadas de contexto, parecen jocosas pues, mezclan la Historia con acciones casi poéticas que se nos hacen difíciles de conjugar. El cierre del relato se sitúa en las animadas veladas literarias de Mariana Callejas, -aquí María Canales-, esposa del químico de la Dina Michael Townley, responsable de los asesinatos de Prats y Letelier.
Este realismo humorístico empleado por Bolaño en esta novela ha sido recepcionado por lectores de todo el mundo como una gran metáfora de las zonas oscuras de los metarrelatos latinoamericanos. Escrita al regreso de las dos últimas visitas que hizo Bolaño a nuestro país, luego de dejarlo a los quince años, es una de las últimas miradas que nos lega antes de su muerte, tres años después. Autor cuyo alimento principal fue la poesía, heredero de los Beatniks de los años sesentas, formó su propio grupo de vanguardia en México, el Infrarrealismo. Una vez radicado en España, se centró en la prosa para poder vivir de la literatura y lo logró, una vez que ya había sido desahuciado por su enfermedad.
María Constanza Castro M.
Académica Escuela
de Periodismo UCN
Máster en Literatura.