Sudafricanos, italianos y españoles construyen Chuqui-Subterránea
proyecto. Empresas extranjeras aportan sus conocimientos mineros en yacimiento de última generación.
El gerente de Desarrollo de Minería Subterránea de la división Chuquicamata, Jorge Sougarret, destacó los avances que ha logrado el proyecto Mina Chuquicamata Subterránea (PMCHS), proceso en que la Vicepresidencia de Proyectos ha contado con la participación de empresas de Sudáfrica, España e Italia.
El ejecutivo destacó la participación de AME, que es un consorcio compuesto por una empresa sudafricana y la empresa minera nacional Más Errázuriz. A ellos se suman la española Acciona-Ossaen en los sistemas de ventilación y la italiana Astaldi, que tiene a cargo todos los túneles principales exteriores que son de transporte, acceso de personal y las obras de interior mina.
Sougarret se detuvo en estas empresas al ser consultado sobre los mayores desafíos que ha debido sortear la construcción de PMCHS.
Agregó que "no hemos tenido una gran contingencia, comparado con otros proyectos de esta envergadura, y creo que las mayores contingencias son más bien operacionales, como convivir con la mina a rajo abierto, pues no tiene agua y la roca ha sido prácticamente la programada, aunque un poco más mala que la pensada".
Pique principal
En este escenario, Sougarret dijo que lo más complejo es la construcción del pique de ventilación principal, de 11 metros de diámetro por 918 metros de profundidad, el que está siendo construido por la empresa sudafricana, junto con una chilena, utilizando tecnología que usualmente es utilizada en la minería de platino y de oro en Sudáfrica, que están a 2 mil metros de profundidad.
La obra, a cargo del consorcio AME (Aveng de Sudáfrica y Mas Errázuriz de Chile) está siendo construida de arriba hacia abajo a través de perforación y tronaduras, y utilizando un complejo sistema de huinches que introduce al pique una plataforma de cinco pisos (y aproximadamente 120 toneladas de peso), a través de la cual entran y salen los operadores y los equipos, en capachos (kibbles) en los que se extrae también el material excavado (marinas).
"Hemos obtenido los rendimientos que se requieren para que esa obra no pase a ser la ruta crítica del proyecto, todavía están un poquito deficitario respecto a lo que planificaron, pero todavía estamos dentro de las holguras que el proyecto requiere", analizó Sougarret.