No partió como una manera de entretener a menores. Ni menos como un capricho de moda. Nació por el compromiso que tiene la Corporación Pro Antofagasta, Proa, con la ciudad y, por sobre todo, por sumar más voluntarios a esta misión.

En 1997 asumió una hermosa tarea con el objetivo que los niños de todos los establecimientos educacionales de la comuna aprendieran a cuidar su ciudad. Todo inició con una campaña educativa de un ciclo de charlas que se extendió a los establecimientos educacionales de la comuna. Su cometido, transmitir un inmenso y sencillo mensaje: amar, cuidar y respetar nuestra ciudad, manteniéndola limpia.

Fue tanto el éxito que la conquista no sólo tocó los corazones de los menores, también de los profesionales de la educación, de padres y apoderados al ver que sus hijos les enseñaban a defender la ciudad de aquellos que no botaban la basura en sus respectivos receptáculos.

Gracias al boca a boca y la difusión en los medios de comunicación donde el internet aún se encontraba en fase rudimentaria, los colegios comenzaron a solicitar las charlas educativas hasta el 2003 en que se inició una nueva etapa.

Carlos Tarragó, presidente de Proa, destaca que este es un proyecto a largo plazo, "estamos trabajando silenciosamente con miras al futuro, transmitiendo a los más pequeños la importancia de cuidar el entorno y mantener limpia nuestra ciudad".

cultivando futuro

El nuevo milenio no sólo trajo grandes desafíos para los antofagastinos, también para la institución, que al ver que los niños aprendían y se interesaban en el medioambiente, buscó la forma de masificar la actividad, ello con un giro didáctico y entretenido para los estudiantes de la comuna. En 2003 las charlas se transformarían en un lúdico ciclo de cuentacuentos apoyado por la minera Barrick Zaldívar hasta el presente.

Una magna campaña que requiere de una excelente organización y logística para recorrer la ciudad de norte a sur, presentando 5 funciones diariamente en escuelas, colegios y jardines infantiles de manera transversal. Llegando a más de 150 establecimientos educacionales con 200 funciones, alcanzando los 18 mil espectadores anuales.

Para ello la institución ha debido adaptarse a los tiempos, creando nuevos personajes e renovando sus historias, en la incansable labor de enseñar a los más pequeños a cuidar su ciudad mediante el sencillo hábito de no arrojar desperdicios y fomentando el uso de los basureros. Un proyecto que forma y transforma las vidas de quienes serán los futuros protagonistas y forjadores de Antofagasta.

Para Lidia Julio Torres, directora regional Integra, "el que Proa considere a la primera infancia como etapa clave en la vida de los seres humanos para comenzar a generar los cimientos de una cultura y practica de sustentabilidad es una excelente iniciativa que debiese replicarse por otros y darle constancia y continuidad en el tiempo. Lo anterior se funda principalmente puesto que educar para un desarrollo sustentable y considerar la estrategia de Cuenta Cuentos es nutrir a niños y niñas con aquellos conocimientos, habilidades y actitudes que le permitan tomar determinaciones responsables desde temprana edad ante las problemáticas sociales, culturales, económicas y ambientales. Intentando hacerlos conscientes que estas acciones se tornan en impactos positivos o negativos que los implican particularmente como también a su familia y todo su entorno . Sin lugar a dudas que para que esto se cumpla, es importante y trascendente el compromiso y esfuerzo de toda una comunidad educativa, desde su consideración en un Proyecto Educativo Institucional, prácticas pedagógicas y estrategias de gestión".

Digital

www.corporacionproa.cl cuenta con versiones digitales de los Cuenta Cuento y cualquiera puede descargarlos gratuitamente.