"Algunos podrán decir 'yo no emití boletas', pero todos somos cómplices de la crisis"
El sociólogo Eugenio Tironi llegó a Antofagasta para hablar de crecimiento económico, sociedad y confianza, pero no en términos vagos o poco cuantificables, más bien ligado al momento político que vive el país post 'caso Caval'-Bachelet, Penta-UDI y las boletas por asesorías a SQM, que atraviesa todos los sectores.
Tironi lidera una de las agencias de comunicaciones más influyentes en Chile (Tironi y Asociados), además de tener en su currículo el manejo de la campaña en segunda vuelta presidencial donde triunfó Ricardo Lagos (1999), para luego asesorar en estas mismas lides al entonces candidato Eduardo Frei Ruiz-Tagle (2009).
Por ello su participación (y su análisis del momento) en un seminario del Banco Santander realizado en el casino Enjoy provocó expectativas, sobre todo por el delicado escenario político-social del país, algo adormecido -sólo por cuatro semanas- por la Copa América.
errores
¿Cómo el país vuelve a retomar la confianza después de los bullados casos Caval, SQM y Penta?
-Lo primero es reconocer los hechos, juzgarlos con severidad, y que los fiscales hagan su pega en las investigaciones. Pero hay que tener cuidado en andar pontificando y con andar moralizando. Es una condición de los seres humanos, que para algunos es el pecado original o el nombre que estime conveniente, que es esa tendencia maravillosa a equivocarnos o meter la pata, pero también a corregir y enmendar los errores. Porque aquí no se salva nadie. Porque aquí algunos podrán decir 'yo no emití boletas', pero todos hemos sido cómplices pasivos del momento político actual.
¿Estos casos y su posterior trayectoria judicial marcan un punto de inflexión en la política?
-Indudablemente que sí, es un punto de inflexión. Hay que analizarlo como la crisis que tuvo la UP en materia económica, que nos hizo aprender de la responsabilidad fiscal. Estos casos ahora nos están enseñando la necesidad de mantener una separación sana entre el mundo de la política y el mundo de los negocios. Además que es necesario evitar y combatir el tráfico de influencia en todas sus formas, sobre todo de los poderosos.
¿Ve una especie de mea culpa en la clase política?
-Yo creo que ahí existe un hecho muy importante que se ha obviado. Se trata de la comisión Engel, que hizo una serie de recomendaciones que ahora fueron convertidas en proyectos de ley, que son únicos en el mundo. Me consta que muchos organismos internacionales nos miran con admiración por enfrentar estos temas de manera rápida y haber logrado parir un conjunto de cambios tan consistentes.
O sea Ud. ve un mea culpa de políticos y empresarios...
-Es que a mí no me interesa que alguien se vaya hincado de rodillas hasta el santuario de la Virgen de La Tirana y pida perdón. Prefiero a que se enmienden las conductas y que se haga aún a pesar de los dolores y desgarros que ocurran. Aquí el Parlamento tiene una misión muy importante, porque el Gobierno podrá presentar los proyectos, pero el Congreso tiene que conocerlos, discutirlos y enriquecerlos, porque no sólo puede ser un buzón de ideas o una notaría. Todos estos proyectos tienen un solo eje que es eliminar los privilegios de gobernantes o del mundo de los negocios.
populismos
Sin embargo, ¿algunos analistas hablan que Chile estaría a la vuelta de la esquina del populismo por este clima de inestabilidad?
-No comparto en absoluto esta tesis. El populismo en general es confiar más en el carisma de un líder que en las instituciones, en la retórica más que en las normas, y en la voluntad más que en la responsabilidad, y no veo nada de eso en el país. Todo lo contrario, vemos a una presidenta que dice que no va a meter la basura bajo la alfombra, a un gobierno que no le pone obstáculo a la justicia ni a las fiscalías. Además de una autoridad económica que habla de responsabilidad y que el Estado no puede encargarse del crecimiento económico. Hasta un Partido Socialista que llama a su propio gobierno a la moderación. Nuestro país se parece más a Suiza que a Venezuela.
¿Cuánto o cómo el clima de desconfianza a las reformas está afectando el crecimiento económico?
-Yo creo que es un mezcla, pero existen factores exógenos que hay que tener a la vista. Es un 'frenazo' que está viviendo toda América Latina, que alcanzará un crecimiento del 0,9%. Estamos viviendo todavía los efectos de la contracción de China, los problemas de Grecia y otros más. Esto nos afecta, sobre todo la minería, que no es tocada con la reforma laboral, porque sus normas laborales van mucho más adelantadas y sus trabajadores tienen más derechos. Esta afectada por el precio del cobre y el aumento de los costos. Pero como no tenemos control en los factores externos, hay que poner cuidados en los internos. Un ejemplo si la reforma tributaria hubiera sido planteado de otra forma, menos confrontacional, su resultado sería otro.
También existe la conducta natural de resistirse a los cambios...
-Hay que respetar que las personas nos cuesta digerir los cambios, pese a que existe consenso que hay que mejorar la educación y salud. Hay que respetar esto y no sólo en pensar en pasar la aplanadora. Esto corresponde a otro país, no al que tiene 25 mil dólares per cápita.
¿Esto mermo dramáticamente el apoyo ciudadano a la Presidenta Bachelet?
-Lo que pasa es que Bachelet en este gobierno bajó al camarín, se puso el overol para salir a cumplir con su programa. Ya no fue la imagen protectora para miles de chilenos. Su imagen se masculinizó en ciertos aspectos, pero ahora con el cambio de gabinete cambiará y volverá acompañar a los chilenos en estos tiempos difíciles. Lo que subirá su apoyo ciudadano".