Fumadores y el cierre de las plantas tabacaleras
Sociedad. Sociólogo habla de presiones indebidas para el Ministerio de Salud, pero los consumidores alegan falta de libertad para decidir sus hábitos.
Para el universo de fumadores antofagastinos, la información hecha pública a través de un comunicado enviado por la British American Tobacco, donde declara que cerrará posiblemente sus filiales en el territorio nacional, no pasó desapercibida y los tiene bastante complicados.
El consorcio criticó fuertemente las normas del Ministerio de Salud con respecto a nuevos formatos en las cajetillas de cigarrillos, lo que atentarían con sus costos de producción. Esto significa la desaparición de marcas como Lucky, Kent y Dunhill, entre otras, un verdadero golpe para los fumadores.
SIN PROPAGANDA
Las nuevas disposiciones obligan a la tabacalera a comercializar una cajetilla genérica que no lleve ningún tipo de propaganda para desincentivar de alguna forma el consumo de tabaco. Además, desaparecerían las variedades de cigarrillos mentolados o con sabores, ya que según el Ministerio de Salud, incentiva a menores de edad a fumar prematuramente.
Si bien este conflicto tiene opiniones a favor y en contra a los efectos de las disposiciones del Minsal, sobre todo teniendo en cuenta que nuestro país cuenta con la población más fumadora en América Latina.
Por ello, el eventual cierre de la tabacalera tiene algo inquietos a los fumadores antofagastinos, porque este consorcio concentra cerca del 93% del mercado de los cigarrillos en el territorio nacional.
¿Podría ocurrir una falta de cigarrillos a futuro? ¿Su falta podría incentivar o acentuar el consumo de alternativas de contrabando?
reacciones
Según el sociólogo de la Universidad de Antofagasta, César Trabucco, la probabilidad de que aumente, por ejemplo, el consumo de marihuana por este factor es de una en 20 millones, por no decir nula.
"Que la gente vaya a empezar a fumar marihuana porque no tiene cigarros, me parece una extrapolación completamente absurda", resaltó.
Lo que sí no es inverosímil -precisó- es la medida de presión que la tabacalera realiza contra el Ministerio de Salud y el Estado.
"En la amenaza de la tabacalera, está la lógica de la economía del miedo. Ellos dicen: mire señor, si nosotros nos vamos, se van a perder tantos puestos de trabajos... el Estado perderá tantos millones de impuestos... lo que no dicen, es cuánto se va a ahorrar el país cuando no existan los cigarros", explicó.
Agregó además "la cantidad de impuestos que va a dejar de recibir el gobierno por la vía del impuesto al tabaco, se compensa absolutamente por la disminución de los costos en el ámbito de la salud".
El doctor Aliro Bolados, presidente del capítulo regional del Colegio Médico, comentó que "tenemos muy claro que el tabaco es un factor cancerígeno potente que provoca un daño irreversible para la salud".
Destacó por consiguiente que "todas las medidas que tomen para normalizar o atenuar un poco este problema de salud y evitar así que las personas tengan la costumbre de estar fumando, me parece en efecto muy oportuno y atinado por parte de las autoridades".
Tratamientos
En tanto, Samuel Garrido (34), trabajador independiente, hace 22 años que fuma. Ha intentado dejarlo varias veces, sin muchos resultados.
Respecto a la normativa del Minsal, explicó que "estoy de acuerdo, pero a la vez critico un poco al gobierno, en el sentido de que las medidas que toman contra las tabaquerías, están bien, pero solamente implican multas o restricciones y no hacen nada para que los tratamientos que existen para dejar de fumar, bajen sus costos.