"Gorros del Desierto de Atacama", que se exhiben en el Museo de Antofagasta hasta el 10 de octubre, es un esfuerzo mancomunado entre el Museo Chileno de Arte Precolombino, la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos y Minera Escondida, que se unen para llevar una muestra de excepcionales tocados arqueológicos a la capital de la Región de Antofagasta.
Son cuarenta y cinco gorros, algunos realizados hace más de tres mil años, parte de una colección del Museo Precolombino que, tras un meticuloso trabajo en equipo ha registrado, conservado y estudiado a través de los años. Distingue a "Gorros del Desierto" el ser una muestra que va acompañada de un coherente guión curatorial que expresa los conceptos y símbolos que hay detrás de los turbantes, diademas, gorros, cascos, capuchas y bandas cefálicas confeccionados por los habitantes del mundo andino que habitaron en el Desierto de Atacama desde hace tanto tiempo.
conservación
Los curadores del Museo Precolombino han investigado el amplio repertorio de piezas de vestuario- entre estos, los gorros- que están excepcionalmente bien conservados debido a la extrema aridez del clima y a la falta de luz de las tumbas de donde fueron exhumadas.
El recorrido de la exhibición comienza con la Era de los Enturbantados (1500-500 d. C), caracterizada por complejos turbantes de madera, a veces de grandes dimensiones, para seguir con Los Siglos de Tiwanaku (500 d.C al 1000 d.C), época de expansión de esa sociedad que produjo importantes cambios sociales, económicos y de tecnología. Emblemático de este último lapso es el gorro de cuatro puntas, un tocado de lana tejido con técnica de nudos que fue usado en vida por los miembros de ese Estado altiplánico.
Este tocado los identificaba como miembros de Tiwanaku y los situaba en la escala social de éste. Los de la élite usaban gorros polícromos, mientras que los monocromos y bicromos eran utilizadas por individuos de clases sociales más bajas. La Edad de los Guerreros (1000 d.C y 1500 d. C.) aborda un periodo de beligerancias que se produce a la caída de los estados dominantes, Tiwanaku y Wari. Los arqueólogos han constatado en sus investigaciones que en algunas partes la mayoría de las lesiones que presentan los restos óseos de esta época se encuentran en la cabeza y nariz. Por este motivo, aparecen tocados de protección, como los cascos para la guerra. También aparecen gorros marcadores de identidad local para dejar claro cuál era origen de cada individuo.
La última parte de la exhibición llamada Bajo el Imperio del Sol alude a la expansión del Imperio Inka o Tawantinsuyu desde el 1400 d. C hasta la conquista española. En poco más de un siglo este Imperio abarcó bajo su poder amplias extensiones de territorio desde el sur de Colombia hasta Chile central. Destacan en estas vitrinas los cintillos aterciopelados de varios colores, los gorros troncocónicos policromos que distinguieron a los grupos Caranga, Aullagas y Quillacas, y los monocromos a los Placajes.