Uno de los hechos más significativos e históricos para la descentralización de la ciencia en Chile, fue la creación a partir de 2006 por parte de Conicyt de los centros regionales científicos y tecnológicos, de los cuales Cicitem es uno de ellos. Hoy, y con diferentes niveles de desarrollo, todos esos centros se han convertido en aportes sustantivos para el desarrollo de las diferentes zonas donde actúan.

El nacimiento de estos centros marcó un punto de inflexión, pues el desarrollo científico en Chile no podría existir, si el camino a seguir hubiera estado marcado por el centralismo. Hoy Cicitem debe ser considerado como un aporte, y no porque lo digamos nosotros, sino porque nuestras cifras así lo señalan en cuanto al apalancamiento de recursos para investigación, desarrollo de proyectos atingentes al desarrollo local, formación de capital humano avanzado y vinculación con el medio.

Sin embargo, para seguir cumpliendo con nuestro rol de descentralizar la ciencia en Chile como nos mandata Conicyt, necesitamos que los gobiernos regionales, en nuestro caso el de Antofagasta, asuman una responsabilidad mayor en cuanto a los recursos basales necesarios para el funcionamiento del centro y la estrategia de innovación.

Debemos ser parte del Gobierno Regional de Antofagasta y recibir un apoyo económico basal que nos permita subsistir estructuralmente. El compromiso de nuestra parte para aportar al desarrollo regional es rotundo, pero para avanzar más, también debemos dar respuesta al apoyo del Gobierno Regional.

Todos quienes componen Cicitem, es decir, investigadores, profesionales asistentes y administrativos, tiene un compromiso que incluso va más allá del tema laboral con este centro, y por su intermedio, con el futuro de la Región de Antofagasta. No obstante, la pasión siempre choca con la razón, y en nuestro caso, la conclusión lógica nos habla de la necesidad imperiosa de contar a la brevedad con un financiamiento basal de postcontinuidad.

La descentralización ha sido un camino difícil. Aunque la ruta sea dura, estamos convencidos que la ciencia desde las regiones es posible si cuenta con el compromiso claro y explícito de los gobiernos regionales, única vía para descentralizar la ciencia en este país.

Luis Rojas A.

Director de Cicitem

El anuncio de la reapertura de la conexión ferroviaria entre Antofagasta y Salta es una gran noticia que merece ser resaltada con letras mayúsculas. Es un avance real y efectivo para la integración con Argentina.

Su inauguración o puesta en marcha está proyectada para los primeros días de octubre y representa un esfuerzo que no sólo tendrá un fuerte impacto en el flujo de cargas desde y hacia Antofagasta, sino también en el bolsillo de los nortinos al tener alimentos y productos más baratos.

Tras estar varios años interrumpida en los ramales trasandinos, la unión de esta vía férrea a Salta es fruto de largas negociaciones entre privados y el apoyo de los gobiernos de ambas regiones nortinas. Además abre una serie de nuevos caminos en materia de integración, donde la punta de lanza son nuestros puertos que miran hacia los apetecidos mercados del Asia-Pacífico.

Todo esto redunda en nuevos negocios mineros, el fortalecimiento de nuestros terminales marítimos, emprendimientos, servicios y tener productos alimenticios a menor valor. Este último punto chocó por décadas con los problemas fitosanitarios y una burocracia que hizo impracticable los numerosos discursos sobre el tema.

El gerente comercial de Ferronor, Cristian Martínez, señaló que la carga proyectada llegará a las 500 mil toneladas anuales cuando esté operativo el ferrocarril, potenciando así el comercio entre ambos países y desarrollando nuevos polos productivos en la región, dando forma así a un círculo virtuoso que tiene como trampolín los puertos de Antofagasta y Mejillones.

Si bien todavía faltan puntos por tomar en cuenta y desarrollar, el gran paso está dado para abrir la integración en todas sus formas. Y esto involucra una proyección a gran escala que va desde el plano comercial, pasando por el turismo, hasta llegar al ámbito cultural, entre otros aspectos.

Así la palabra integración asoma como un verbo activo y no sólo como un manual de buenas intenciones. Eso es pensar en el futuro de la región.

100 años | 11 de septiembre de 1915

Recuerdan aniversario de El Mercurio de Valparaíso

El diario de esa época recordaba el reciente aniversario de El Mercurio de Valparaíso, fundado en 1827. Entre sus primeros lectores también figuraban vecinos del puerto antofagastino de Cobija, al que había dado vida el decreto de Sucre del 10 de septiembre de 1827.

50 años | 11 de septiembre de 1965

Taltal logra fuerte alza en la actividad minera

En la etapa final del montaje se encuentra la planta de lixiviación de minerales de cobre que la Empresa Nacional de Minería construye en Taltal, según informó Ernesto Murillo, ingeniero del proyecto. Esto permitirá un fuerte aumento de la actividad extractiva en el vecino puerto.

10 años | 11 de septiembre de 2005

Trabajadores protagonizan insólito robo de dinero

Detectives de la Brigada de Investigaciones de Antofagasta lograron la detención de tres empleados de una fábrica de artículos de seguridad ubicada en pleno centro, que durante un largo periodo sustrajeron especies, las cuales sacaban en bolsas de basura simulando que eran de desechos.