Bryan Saavedra López
Alas 19.54 horas del miércoles, un terremoto 8.4° con epicentro en Canela Baja sacudió simultáneamente a ocho regiones del país. En Antofagasta no se sintieron estos efectos en gran magnitud. Sin embargo, desde cerca de las 20.10 horas los celulares mostraban un mensaje que señalaba: "Shoa-Onemi establece evacuar a zona de seguridad por tsunami".
A la brevedad las líneas telefónicas se colapsaron, pero las redes sociales continuaron funcionando con normalidad, ya que (principalmente) WhatsApp y Facebook permitieron que las personas que evacuaban la zona costera establezcan comunicaciones con sus familiares y cercanos.
A Yasna Fuentes (27), le llegó la alerta a su celular de manera "invasiva". Al principio no le dio importancia, pero al notar que a sus amigos también les notificó. Se preocupó y salió de su hogar frente a la UCN hacia avenida Argentina.
Se imaginaba el terremoto del 27/F y usó WhatsApp y Facebook para comunicarse con familiares de Tongoy y Calama.
"La tecnología es buena en estos casos, pero creo que fue demasiado. Te juro que me sentí manipulada porque el celular sonaba a cada rato y generó un pánico", dijo Fuentes.
Para Claudia Cáceres (25), quien se encontraba en el mall, la tecnología fue fundamental. A través de un grupo familiar de WhatsApp de inmediato informó a sus cercanos del sector norte que estaba evacuando.
"El WhatsApp funcionó normal, porque uno sabe que las líneas se caen, que Facebook se demora en funcionar. Y más aún la línea directa. Por eso usé mensajes de voz, más que textos, porque iba caminando", mencionó Claudia.
Evitó muertes
Para el director del Centro Ingeniería en Mitigación de Catástrofes Naturales (CIMCN) de la Universidad de Antofagasta, Jorge Van Den Bosch, la tecnología cumplió una función invalorable en la emergencia, ya que hay veces en que las alarmas comunes pueden fallar.
"El problema es que empieza a sonar la alarma y la gente cree que detrás de eso viene el mar. Y eso es falso, porque cuando no sientes el sismo, como mínimo el sismo está a 15 minutos de camino. La onda de tsunami está entre una hora y tres cuartos de hora. O sea cuando sientes la alarma el agua no va a entrar ahora. Eso es lo mínimo", argumentó.
Por esta razón -según el académico- la gente evacuó de inmediato. "Por eso falta educar. En los malls la gente salió corriendo, los autos se tiraban encima de otros. Por eso la tecnología tiene que ir de la mano con la educación, porque si la tecnología funciona sola, crea este tipo de problemas", afirmó.
El experto además valoró el rol de WhatsApp en la emergencia como algo "extraordinario", ya que antes las personas no tenían la oportunidad de comunicarse con sus seres queridos en estos casos.
"Mucha gente muere porque no saben dónde están sus hijos. Entonces con WhatsApp no muere el papá o la mamá corriendo y chocando en estas emergencias. Con esto tienen más tranquilidad y saben qué hacen sus hijos", dijo el experto.
Sicosis colectiva
El sicólogo José Luis Rojas, explicó que -en el fondo- las alarmas constantes suben los niveles de estrés, más que bajarlos, ya que el ser humano generalmente tiende a seguir a un líder nato. "Si crea tranquilidad o nerviosismo, eso va a llegar al grupo", precisó el profesional.
Esto es lo que genera la sicosis colectiva, debido a que el hombre es un ser social que se guía por su entorno. "Si hay padres tranquilos, los niños asumen que no hay peligro. No se angustian porque tienden a copiar las costumbres. Los adultos funcionamos más o menos parecido. Aparte resurgen miedos y temores de infancia de cada persona", dijo Rojas.
Finalmente el sicólogo, explicó que lo importante es que la gente sea consciente en términos reales de lo que pasa y no de sus fantasías, por eso la alarma que llegó a los celulares anunciando una evacuación generó angustia en la población.