75 años de historia nortina y esfuerzo atesora la 'Panadería Internacional'
RECUERDOS. Una familia española fue la que inició el negocio, pero en 1956 esta tradición fue seguida por descendientes de inmigrantes griegos en Antofagasta.
Son 75 años de historia los que tiene una de las panaderías más antiguas de la capital regional. Amasando desde finales de 1940, la Panadería Internacional, ubicada en el centro de Antofagasta, sigue vigente pese a la industrialización del rubro y el cambio de administración.
En 1956 fue cuando la familia Méndiz, descendiente de inmigrantes griegos, asumió el mando de la panadería -creada por españoles al final de la década de los cuarenta-, fijando el rumbo que el negocio debía seguir durante los próximos años. No sólo producirían uno de los panes tradicionales más populares de Antofagasta, sino que años después, también se dedicarían a la gastronomía.
Inicios
Afrodita Méndiz, dueña de la panadería, relató cómo ha sido este largo viaje en la industria panadera. Señaló que "en sus inicios, cuando esta panadería era de mis papás, teníamos un horno de barro de pared a pared, donde cocinaban el pan con madera de eucalipto".
Méndiz dijo que "con la regulaciones ambientales y la mejora de las tecnologías para todo el proceso, hemos mejorado los estándares, la producción, junto con mantener la calidad del pan tradicional de aquellos años".
Con una clientela desde hace más de tres décadas, la panadería en calle 14 de Febrero N° 1852, es una de las que más se destaca en la ciudad. Pasaron de los 1.200 kilos de pan diarios en sus primeros años, a producir unos 5.000 kilos cada día.
Mantener el local, cuenta su dueña, no fue fácil tras la muerte de su padre, Panagiotis Méndiz, en 1965. Su madre, María Rivera, tuvo que encargarse sola del negocio.
"Al morir mi padre, el negocio se vio afectado. Como no teníamos grandes deudas, mi mamá siguió trabajando el pan, en menor cantidad eso sí, algo así como dos quintales diarios. Siempre metida en la panadería (…) Nunca pasamos una situación de hambre o nos faltó algo, en ese sentido mi mamá siempre se hizo cargo de todo", agregó la empresaria.
Innovación
Con la aparición de los supermercados, el negocio de las panaderías antiguas sintió la fuerte competencia. La industrialización resultó ser una amenaza de tales magnitudes que obligó a muchos panaderos a cerrar sus locales, por lo que fue necesario renovar el trabajo e innovar en los productos.
Méndiz comentó que "al principio mi mamá tenía miedo de innovar, llevaba más de 40 años trabajando de la misma manera. Le decía que tenía que cambiar, ya que solo vendiendo pan no sustentaríamos el negocio. Así fue junto a mi marido, que es chef, comenzamos un nuevo proceso".
Explicó que "industrializamos el proceso de desarrollo del pan, mejoramos los tiempos, la cantidad, renovamos la panadería acorde a los estatutos sanitarios y ambientales y diversificamos la oferta. Hoy el cliente no sólo se va con pan".
Actualmente son variados los productos que el cliente encuentra en este tradicional negocio: pan de todos los tipos, pasteles, café de máquina de granos italianos, abarrotes, catering, cenas y hasta empanadas con recetas propias, entre otros.
"Además realizamos capacitaciones a empresas de alimentación, en aspectos como la manipulación del producto y la optimización de los tiempos para la producción de sándwiches y platos", concluyó Méndiz.
Kilos de pan, desde hace poco más de un año, es lo que produce diariamente la tradicional panadería.
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