José Miguel Varas Morel
En el auditorio de la Universidad Santo Tomás, aquí en Antofagasta, conocimos a don José Miguel Varas. Allí, frente a un público atento y concentrado, los matices metálicos y aterciopelados de su hermosa voz dieron vida a una de sus obras. La "Huachita" estuvo en el escenario: corrió, ladró, gimió, saltó. Más que una lectura, más que una dramatización, fue una clase magistral: la modulación, la entonación, la dicción, dieron vida a cada una de las palabras. Los largos aplausos demostraron hasta qué punto el público había disfrutado de ese acto.
Estuvo en casa, en una noche de literatura, poemas, recuerdos… José Miguel relató anécdotas y vivencias de su larga residencia en países tan distantes, en que el clima y las costumbres son tan diferentes a las nuestras. Nos habló de su labor de apoyo a tantos compatriotas que vivían en el exilio y necesitaban noticias de sus familiares.
Le preguntamos por la actividad literaria su padre. Con orgullo contó que su padre, don José Miguel Varas Calvo, Coronel de Artillería en Retiro, escribió varios libros, relacionados al tema militar. Le mostramos "Alma y Humor de Soldados". Con respeto, tomó el libro entre sus manos y lo hojeó. En la segunda hoja encontró, con letras verde, le dedicatoria "Para el enorme poeta y prosista, campeón de la metáfora singular, viejo maestro escritor y dilecto amigo, Andrés Sabella Gálvez, con hondo y sincero afecto. El autor. Antof, 28 de noviembre 1956". Con emoción, con voz estremecida, José Miguel dijo "Es la letra de mi padre". Y cerró el libro, ese libro que había estado en manos de dos grandes hombres: Varas Calvo y Sabella Galvez.
Poco tiempo después, el año 2006, nuestro amigo recibió el Premio Nacional de Literatura. En 2011, un 23 de setiembre, al igual que Pablo Neruda, falleció.
Iris Largo, su viuda, hoy nos dice:
"Añoramos a José Miguel, con la misma tristeza mezclada a la alegría que nos produce recordar su vida plena, magnífica y el orgullo de haber compartido con él"
¡Gracias, José Miguel Varas, por los recuerdos y la magia compartida!
María Canihuante