Leonardo Sanhueza ganó un premio en México
Listos los finalistas de la literatura santiaguina
El otro día llegué por equivocación al centro cultural de una ciudad costera, San Antonio -podría haber sido otra-, y me topé con un acto municipal en que el alcalde premiaba a algunas personas por haber participado en unas jornadas ambientales. Alguna vez recordé que junto a algunos colegas nos opusimos a la regencia municipal de un espacio cultural, precisamente porque el poder local lo utilizaría para autopromoverse y otras menudencias propias del ejercicio local del poder. Muchos de estos centros, construidos en el marco del programa Bicentenario, son elefantes blancos o son centros de eventos (parrilla programática incluida), amparados en el concepto de industria cultural imperante. En lo personal debo reconocer que he utilizado la voluntad municipal como insumo de mis proyectos de ficción, y he descubierto que uno de los rasgos más provincianos de la provincia, valga la redundancia, es el intento por reproducir modelos metropolitanos de hacer cosas. El resultado suele ser patético, no sólo en cultura. El mall de San Antonio y el de Castro son buenos ejemplos. Y en teatro, en cine, en literatura, etc. hay que traer los filetes de Santiago, los que pueden ser atendidos directamente por el alcalde o por el héroe cultural local. Todo muy ridículo. El levantamiento de información local o de patrimonio identitario territorial termina siendo la tarea de algún programa social que lleva adelante una asistente social o algún antropólogo en práctica. Marginalmente harán un evento en que el alcalde se excusará de asistir e irá el secretario municipal junto con un concejal en su representación. En general, creo, hemos superado ese triste momento en que la cultura consistía en unos niñitos tocando flautas dulces frente a las autoridades, dirigidos por el profe de música. Si bien la cuestión se ha puesto menos ingenua, debemos reconocer que ahora se impone cierta perversión, porque el poder político municipal aprende a utilizar perversamente la cultura, más allá del decorado kitsh. Lo más difícil de todo esto es incorporar el arte contemporáneo en las lógicas municipales, no sólo por sus supuestos contenidos críticos, sino por los protocolos que implica y por los conceptos estéticos en juego. Se produce un quiebre entre la estética municipal, por darle un nombre, y una curatoría posible, y las prácticas descomposicionales de la representación tradicional, como las acciones performáticas, por ejemplo. En el caso literario, en casi todas las comunas se organiza una feria del libro o algo parecido. Generalmente es en la temporada primavera verano, aprovechando la afluencia turística. Yo he padecido más de alguno de estos eventos. Junto a poetas locales, que nunca dejan de haber, debe comparecer un linajudo traído de Santiago, algún prócer. Todas las obsesiones de la autoridad educacional por aumentar los índices de producción lectora se rompen con esta lógica que jerarquiza y endiosa a los autores. Una de las imágenes más distorsionadas al respecto que me ha tocado padecer es la lectura de sentido común que se hace del Quijote. Esa que considera al personaje como un sujeto que se deja llevar por sus ideales (lectura contenidista), cuando en términos estructurales y estratégicos se trata de un sujeto que leyó mal, patológicamente. Ese simple error de lectura es el paradigma cultural que impera en los municipios, en términos generales, por cierto.
Culturas locales
El pasado 19 de noviembre, el poeta chileno Leonardo Sanhueza Fritis recibió un premio internacional en México por su obra "La juguetería de la naturaleza". Se trata de la tercera edición del Premio Manuel Acuña, nombrado así en honor al poeta romántico que se suicidó a los 24 años, conocido como Cusuco. Aparte del galardón el premio incluye 100 mil dólares y lo obtuvo por una obra compuesta por 50 poemas breves con la que compitió bajo el seudónimo de Lautaro Valdivia. Sanhueza, quien fue escogido de entre más de 500 participantes de 26 países, posteó con humor en su Twitter: "Uno se saca el premio más gordo que se puede ganar en castellano, y la prensa chilena como si lloviera. Genial. ¿Y si me apellidara Fuguet?". Allí mismo también subió un poema de "La juguetería de la naturaleza": "Hay cosas peores que el miedo / a la combustión espontánea o a la catalepsia, / pero nuestras balanzas ya perdieron / todas sus certidumbres / y ya no saben sino yacer entre las baratijas / a la espera del reciclaje".
Se acaban de publicar los finalistas del ya añoso Premio Municipal de Literatura de Santiago que en su versión 81 destacó, entre algunos, a Diego Alfaro en Poesía, Juan Ignacio Colil en Novela, Marcelo Mellado en Cuento, Cristóbal Bellolio en Ensayo y a Rodrigo Fluxá (en la foto) en Investigación Periodística. Durante un mes, quince librerías de la capital presentarán y difundirán las obras finalistas con una franja celeste en sus lomos para distinguirlas y que el público las adquiera y lea.
El misterio de una pintura extraviada
El cuadro de la foto se llama "Fuerza Chile", es del joven artista chileno Salvador López y es noticia porque debería estar en alguna pared de la sede de la ANFP o en una exposición del artista. No está en ninguno de los dos lugares. En medio de los escándalos que envuelven al fútbol chileno, esta semana el caso de la obra apareció en la televisión y en las radios. Se supo en un programa deportivo que la obra fue entregada el año 2012 por el propio López a Sergio Jadue, el renunciado jefe del balompié nacional, en una actividad pública y oficial. Era un regalo para la ANFP y de eso hay registro en video.
Tiempo después, López regresó para que le prestaran la pintura para una exposición, pero ya no estaba. Le dijeron que o estaba en la casa de Jadue o que lo había vendido.
Consultado por si tiene esperanzas de recuperarlo, Salvador dice que los cuadros son objetos que reflejan un sentimiento. Son vivencias que desde niño puedo retratar a través de la pintura".
Ha realizado ocho exposiciones grauitas y con entrada liberada. solo pinta hinchadas de fútbol y tampoco vende sus creaciones. "No me gusta negociar el precio de un cuadro. Prefiero que me ayuden con los materiales y pasar un buen momento con quien quiere tener un cuadro de los que pinto", dice.
Concurso de cuentos García Márquez fue para Bolivia
Además de sus prodigiosas novelas, Gabriel García Márquez escribió volúmenes de cuentos magistrales, como los que narra en "Los funerales de la Mamá Grande". Para premiar a cuentistas su fundación dispuso hace ya dos años un galardón y un premio en dinero, que en esta edición tuvo a un chileno nominado: Mauricio Electorat y su creación "Alguien soñará con nosotros". La lista la completó el mexicano Juan Villoro, con "El apocalipsis (todo incluido)", el peruano Carlos Arámbulo, con "Un lugar como este", la ecuatoriana Gabriela Alemán, con "La muerte silba un blues" y la boliviana Magela Baudoin, quien fue la vencedora con "La composición de la sal". El jurado destacó en ella su "intensidad y sutileza para contar historias sin caer en la tentación de ser simplista o didáctica". En Colombia, Electorat contó que su libro nació de una recopilación que estaba haciendo, "sin prisas, pero sin pausas", y que un editor peruano le pidió publicar.
Construyen un Neruda como "La Pequeña Gigante"
Con innegables aires a "La Pequeña Gigante", el recordado espectáculo callejero del 2010, un gran muñeco del poeta Pablo Neruda recorrerá, el 26 y 27 de diciembre, diferentes puntos de Santiago, empezando una posta de quince estaciones en calle Recoleta, casi al frente del cerro Blanco. La estructura portable, que un momento solo fue una máscara, tomó cuerpo y terminó midiendo cuatro metros de alto y 22 metros de largo, donde se despliega el poeta y su comparsa de palomas, caracolas, mariposas y un mascarón de proa. Se espera que escolten esta procesión unas 20 mil personas; la última parada es en la Plaza de la Constitución. La actividad es dirigida por la compañía de teatro La Patogallina.
En el radar
pueblos abandonados
* Escritor y profesor de Castellano. Es autor de "La batalla de Placilla" .