"Los jueces tienen un rol preponderante, y la ciudadanía debe creer en los jueces"
El juez Juan Nolberto Escobar Zepeda aclara varias veces que habla "a título personal", aunque reconoce que es imposible separar a la persona del cargo.
Este abogado de la Universidad de Chile, con pasado en tribunales de Antofagasta y Calama, ascendió hace unos meses al cargo de fiscal de la Corte Suprema, y en esa calidad visitó hace pocos días la ciudad.
Una visita rutinaria que aprovechó para interactuar con los actores locales del sistema y comentar con ellos el complejo y desafiante momento que atraviesa el país, con instituciones cuestionadas e inquietantes niveles desconfianza.
¿Qué opina sobre el clima nacional, con cuestionamientos severos a la clase política, empresas coludidas, y ahora incluso denuncias de sobornos en el fútbol?
-Creo que es preocupante, porque las instituciones que están involucradas en estos ilícitos se van deteriorando y eso no es grato, no es conveniente para el país. Pero esto es transversal, no estoy indicando a nadie particularmente, pero todos sabemos (lo que está ocurriendo), incluso en las Fuerzas Armadas, como el Ejército, un tremendo fraude… acaban de designar a un amigo mío, Omar Astudillo, como ministro en visita para investigar ese fraude, que es más o menos contundente. Y usted lo acaba de decir, el deporte, el asunto del papel confort (colusión). Yo como ciudadano común y corriente estoy al tanto de esa situación y puedo opinar libremente que es preocupante.
¿A qué atribuye todos estos casos, hay algo en común?
-Lo he dicho muchas veces, creo que hay una falta de ética y de moral en algunas personas que están involucradas en esta situación. Y ya no se discute que sea así, por eso se llegó a esto. Eso es lo que le está haciendo daño al país, pero yo sostengo que, y lo dije en el Senado cuando fui citado para ascender a la Suprema, la reserva moral que existe en Chile en este momento es el Poder Judicial y lo voy a defender, porque yo conozco a mis jueces, conozco a los ministros. Así que para mí la gran reserva moral, y lo digo con absoluta seguridad, está ahí.
¿Por qué cree que se desatan todos estos casos en tan corto lapso, porque queda la impresión que es un tema de los últimos dos o tres años?
-Bueno, porque algunos actores los dieron a conocer a la opinión pública por a, b o c motivos. El caso Penta, por ejemplo, fue una persona la que desató esta situación, yo conozco ese tema porque me tocó el asunto de las excarcelaciones de los señores que estaban involucrados, y ahí empezó. Soquimich, Penta, Deportes, el Ejército... Y ojalá se termine, porque sería más grave todavía que se siguieran descubriendo estas anomalías, estas colusiones, y en el fondo, corrupción.
Usted cree que el concepto que engloba todo es corrupción finalmente…
-Sí señor. Es mi opinión… Estoy opinando como un ciudadano común y corriente, para mí es eso, obviamente no me puedo desentender que soy el fiscal de la Suprema, pero tengo derecho a opinar. Y por lo demás yo no intervengo en esas resoluciones, son asuntos jurisdiccionales.
¿Desde cuándo está la corrupción instalada según usted?
-No creo que sea desde ahora, creo que viene de más atrás, de años atrás, y que no se sabía, es lo más probable. Bueno, lo del caso de la compañía de papeles y cartones, se sabe que hace diez años venía esta situación, eso es lo que se está investigando, es decir, no es de ahora.
La palabra corrupción es bien fuerte y la sociedad le tiene mucho miedo…
-Pero hay que decirlo (interrumpe), no con el objeto de dañar, sino para que se ponga un freno, que se sepa. Que se sepa y se diga. El problema de los chilenos es que a veces no decimos las cosas como son… es corrupción. Cómo no va a ser corrupción (...) Si eso hay decirlo, no se daña a nadie, uno tiene derecho a opinar y yo hago uso de ese derecho.
¿Cuán extendida cree usted que está la corrupción?
-Bueno, (está) en las instituciones que acabamos de nombrar, yo no sé si van a aparecer otras. Ojalá que no, yo no quiero ser apocalíptico en esta situación, ojalá que no se siga ampliando esto, no vayamos a tener otras cosas. Eso no le hace bien al cuerpo social, no le hace bien a los políticos, no le hace bien a los empresarios, no le hace bien a la ciudadanía, no le hace bien al país…
¿Somos un país corrupto y nos estamos dando cuenta ahora?
-Yo creo que nos estamos dando cuenta ahora, pero circunscribo la expresión corrupción a estas cosas que conocemos, a ellos me refiero, no estoy hablando en general que todo el país sea corrupto, porque hay instituciones nobles, que desempeñan su función correctamente, dentro de la legalidad. Y yo, como le decía recién, defiendo al Poder Judicial en ese sentido, y lo reitero, la reserva moral que tiene el país en este momento es el Poder Judicial, se lo digo porque lo conozco hace 44 años.
Confianza
Con todos estos casos que hemos conocido, el Poder Judicial salta a un primer plano y aparece como un actor preponderante en la recuperación de las confianzas...
-Yo creo que sí, y lo está haciendo, y lo va a seguir haciendo. Yo creo que los jueces tienen un rol preponderante, y la ciudadanía debe creer en los jueces, en los ministros que están tramitando esos tremendos juicios, los jueces que se están sacrificando hasta altas horas de la noche para conocer estas cosas.
¿Están todas las herramientas legales para actuar, porque uno se encuentra con incongruencias…?
-Los jueces (interrumpe) tienen que aplicar el sistema legal que está vigente, yo sé que usted por ejemplo considera la cárcel para todas estas situaciones, por eso es que en este momento hay en el Parlamento un proyecto para sancionar penalmente estos ilícitos…
La colusión…
-Claro, y esto va a significar unas penas graves para quienes incurren en estos ilícitos, esa es la situación.
Algo que debiera existir hace mucho tiempo quizás, y que de hecho existía y se derogó, me refiero a la cárcel por delitos de colusión…
-Pero ahora tienen que salir leyes. Ahí recién los jueces podrán aplicar las penas de cárcel, y por lo demás no se olvide de una cosa. A veces el sistema nuestro permite llegar a un acuerdo reparatorio y después a juicio abreviado, donde las penas son menores, pero hay penas.
¿Usted cree que en la sociedad va a quedar la sensación de que se hizo justicia si no existen penas de cárcel por las colusiones y otros casos?
-Creo que no, por eso se debe tender a que todo sea más parejo, pero no hay que olvidar que la ley contempla también circunstancias atenuantes, y por eso a veces la pena no puede ser privativa de libertad.
Sin embargo, está el peligro que la ciudadanía al final del día sienta que la crisis no se abordó como correspondía y se acentúe la desconfianza…
-Es posible lo que usted señala, pero hay que luchar para que esa tranquilidad exista…
¿Por qué cree que las leyes son tan tenues en algunos casos?
-Es un asunto que depende del Poder Legislativo. Las leyes las hace el Poder Legislativo, nosotros las aplicamos nomás, mucha gente a veces no entiende esa situación.
¿Pero cuál es su opinión, por qué cree que tenemos leyes tan débiles en el campo de la colusión?
-Porque a lo mejor no hemos sabido legislar, a lo mejor no nos pusimos en esta situación, como no sabíamos que existían este tipo de colusiones, no había ninguna legislación fuerte para reprimirla, ahora se está recién empezando. Yo no responsabilizo a nadie, yo entiendo su pregunta, pero los jueces tienen que usar las herramientas que la ley les otorga.
Muchas veces se critica al Poder Judicial injustamente, porque existe desconocimiento en la ciudadanía sobre lo que hacen los jueces, ese es el problema.
Presiones
¿Cómo enfrentan los jueces, a todo nivel, el desafío de hacer justicia en casos tan complejos, donde está el poder económico afectado, el poder político?, ¿cómo los preparan, hay algo que se transmita desde la Suprema hacia abajo?, porque hablamos de elementos que no están presentes en un juicio común y corriente…
-Yo conozco mucho al Poder Judicial, voy a cumplir 45 años, y conozco a los jueces, no aceptan presiones. Cualquiera que sea el juicio, cualquiera que sea la importancia de los actores que van a la justicia, los jueces mantienen su independencia, y si hubiera alguna presión, los jueces no la aceptan. Así de directo.
¿Cuánto daño la hecho todo esto a la sociedad, a la gente?
-Ha hecho daño, eso no se puede negar. Y no sólo nos ha afectado a nosotros, usted sabe que estas noticias salen al exterior y claro que ha afectado nuestra imagen. Hay que reconocerlo y admitirlo, no tenemos que negarlo, es indudable. Los comentarios son de todos los días y en todas partes, imagina ahora el deporte, todo lo que está pasando, y no sabemos para dónde va, quiénes están involucrados. Eso está ahí, está viviéndose, no podemos negarlo.
¿Y cómo salimos de esto?
-Creo que es difícil, es difícil, a menos que tengamos un programa fuerte de educación, cultura y, sobre todo, ética, ahí hay que insistir. En la educación, en la cultura y en la ética de todos los ciudadanos está la clave, el día que tengamos una ciudadanía culta, tengamos empresarios con una ética y una moral buena, esto se va a terminar, y para eso hay que luchar. Yo digo estas cosas con toda honestidad, no para herir a nadie, sino para hacer conciencia. Ese es mi pensamiento.
"A lo mejor no hemos sabido legislar, a lo mejor no nos pusimos en esta situación, como no sabíamos que existían este tipo de colusiones, no había ninguna legislación fuerte para reprimirla".
entrevista. JUan Escobar zepeda, fiscal de la Corte Suprema: