"El lobo sin bozal"
Hace pocas semanas expuse en una Cátedra Abierta de la Escuela de Derecho de la UCN el tema "La ideología del consumo ético", ocasión en la que me referí al neoliberalismo chileno donde el lobo anda suelto, sin bozal y con una descomunal ferocidad que le permite desgarrar la carne de su propia especie y suavizar sus culpas mediante algunas prácticas asociadas a la caridad. Pero en ese mismo momento aparecía un nuevo caso de anomalía económica en nuestro país cuyas empresas protagonistas eran CMPC y SCA.
Dado lo anterior se me ocurren las siguientes pregunta, ¿Por qué ocurre en forma reiterada que algunos empresarios nacionales operan con una ética invertida que tiende a desactivar los espacios de convivencia en favor de un apartheid que favorece y mantiene la lógica del amo y del esclavo? ¿Acaso las universidades o instituciones de educación superior donde se forman los ejecutivos y gerentes más destacados de Chile no poseen profesores competentes y unas mallas académicas favorables a la formación ética, de esa que se encarga de promover mediante el intelecto un espacio de convivencia y respeto mínimos? ¿O quizás en verdad, las interrogantes anteriores son inútiles porque de facto hay una potente matriz política, económica y jurídica que cae con todo el peso de la realidad en nuestra sociedad y empuja y promueve la depredación económica en beneficio del animal mejor dotado en un contexto neoliberal carente de regulaciones mínimas haciendo posible una forma de darwinismo económico?
Aristóteles decía que "lo que importa no es saber qué es la virtud, sino ser virtuoso". Por lo tanto, la ética no es un saber teórico, sino un saber práctico que es favorecido a partir de un espacio de convivencia con el otro, ampliado necesariamente a un macro espacio político-jurídico que potencia o no nutre eso que llamamos ética. En nuestro país el lobo anda suelto y sin bozal y aunque han intentado amaestrarlo, han fracasado los instructores porque de nada sirven los cursos de ética si se vive en la cultura en que lo político, lo económico y lo jurídico van contra el tránsito.
Las despreciadas, exiliadas y devaluadas humanidades en los liceos, colegios y en las universidades chilenas en beneficio de una perspectiva puramente tecnocrática, neoliberal y de exitismo en la obtención de bienes de consumo que tienen a medio Chile en el abismo, hacen posible que la autocrítica del hacer y del reflexionar a propósito de nuestras prácticas que tienen consecuencias en los otros sean menos robusta. Pero también es muy cierto que la devaluación de las humanidades en la educación es una parte importante del diseño cultural de nuestro país que hace tiempo camina divorciada de estos dominios y, para atenuar la ferocidad del lobo, le ponen un bozal de plástico con periféricos cursos de ética.
Patricio Peñailillo
Círculo de Filosofía
Jurídica y Humanidades
U. Católica del Norte