Aunque no es el más denunciado, el tráfico ilícito de drogas es, por mucha diferencia, el delito más frecuente entre la población penal de Antofagasta.
Según cifras de Gendarmería, el 26% de los internos que estaban recluidos en las cárceles de la región al 31 de octubre, registraba este tipo de ilícito, triplicando al segundo más frecuente, que es el robo con intimidación (8%).
El fenómeno se repite en las otras regiones del norte.
En Arica y Parinacota, Tarapacá y Atacama, los delitos asociados a droga también son los más frecuentes entre los internos, con 41%, 32% y 23%, respectivamente.
En el resto de las regiones del país las infracciones a la Ley 20.000 ceden el primer lugar a otros tipos penales.
En Coquimbo, Valparaíso, O'Higgins, Maule, Biobío, La Araucanía, Los Ríos, Los Lagos y la Metropolitana el delito que más se repite es el robo con intimidación, mientras que en las regiones de Aysén y Magallanes asoma el robo con violencia.
Llama la atención que las infracciones a la Ley de Drogas no representan los principales ingresos a la Defensoría ni al Ministerio Público.
Allí lo que más se recibe son lesiones y delitos contra la propiedad, lo que parece demostrar que el tráfico, pese a no ser lo más denunciado, genera más privaciones de libertad para sus autores.
Desglose
El director regional (s) de Gendarmería, teniente coronel Cristian Guíñez, explicó que si bien la realidad penitenciaria es distinta en la zona norte, no existen diferencias en el tratamiento que se da a los internos en comparación a otras regiones.
Recalcó que esta labor pasa por "asegurar el fiel cumplimiento de las condenas que dictan los tribunales de justicia y entregar herramientas de reinserción social".
Guíñez comentó que una de las dificultades es alto el nivel de reincidencia que existe entre los internos por droga, condición que se repite en el resto de las regiones cercanas a los países productores.
Cabe precisar que las tres primeras regiones del país comparten 947 kilómetros de frontera con Perú y Bolivia, que generan gran parte de la droga que sale al mundo.
Sólo en lo que va de este año, Carabineros y la PDI han decomisado más de diez toneladas de sustancias ilícitas en controles realizados en la Región de Antofagasta.
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Buena parte de las personas que están privadas de libertad por delitos relacionados con droga no son chilenos, lo que también aporta un elemento diferenciador a este ilícito.
A noviembre de este año Gendarmería tenía registradas 781 personas condenadas por droga en unidades de Antofagasta, Calama, Taltal y Tocopilla. De ese total, 222 eran extranjeros, es decir, el 28%.
Según la institución, la duración promedio de las penas que se están cumpliendo oscilan entre 5 y 10 años.
La diputada Paulina Núñez dijo que el problema de la droga debe ser enfrentado desde varios flancos simultáneos.
Por un lado, defendió la propuesta de incorporar a las Fuerzas Armadas a tareas de vigilancia fronteriza para combatir el ingreso de sustancias ilícitas desde el extranjero.
A esto sumó la necesidad de coordinar mejor a los organismos que intervienen en la persecución de estos delitos, como el Ministerio Público, policías y Aduanas.
"Creo que ahí se puede realizar un mucho mejor trabajo, no sólo dirigido al gran tráfico de drogas, sino también al microtráfico, que es el que está más presente en las poblaciones", argumentó.
La parlamentaria por último advirtió que en la región casi no existe oferta de tratamiento y rehabilitación para personas adictas a la droga, asunto que también debería ser abordado por las autoridades para evitar la alta reincidencia.
"Yo recibo por lo menos tres o cuatro personas a la semana que piden orientación, porque no hay centros o son privados", apuntó.
Población recluida va en descenso
Otro dato que aparece en los últimos informes de Gendarmería es que la población en sistema cerrado, es decir, que cumple sus penas en la cárcel, va a la baja en la región. A octubre de este año 2.299 personas estaban recluidas en penales de la zona, lo que arroja una tasa de 378 presos por cada 100 mil habitantes. A modo de comparación, en 2011 la población penal la componían 2.355 internos (405 por cada 100 mil habitantes). Hay que recalcar que mientras las personas en sistema cerrado bajan, los cumplimientos en sistema semicerrado se mantienen y aumentan en el sistema abierto.