Animal Laborans
El ensayo del filósofo coreano-alemán Byung Chul-Han llamado La sociedad del cansancio, que publicó la editorial Herder en español el año 2012, construye la imagen del ser humano actual como un Prometeo cansado. Este breve texto ha sido leído por miles de lectores en distintos idiomas, al igual que su tratado El aroma del tiempo del año 2009. En ambos, el autor habla del "sujeto de rendimiento contemporáneo" que se violenta, autoexplota y está en guerra permanente consigo mismo. Este individuo se cree en libertad, pero está tan encadenado como Prometeo. El águila que le devora sus entrañas es su propio alter ego.
Esta sociedad de rendimiento sería la continuación de la sociedad disciplinaria, -definida por la negatividad de la prohibición-, que describe y analiza Foucault. En la época actual, las personas actuarían como emprendedores de sí mismos. Los proyectos, iniciativas y motivación, pasan a reemplazar la prohibición, el mandato y la ley de tiempos anteriores. El sujeto de rendimiento, además, es más rápido y productivo que el de obediencia. Mientras la sociedad disciplinaria regida por el no generó locos y criminales, la sociedad de rendimiento produce depresivos y fracasados. Chul-Han plantea que las enfermedades neuronales del siglo XXI siguen a su vez la dialéctica, pero no de la negatividad sino de la positividad y los estados patológicos serían atribuibles a un exceso de esta última. La violencia de la positividad sería el resultado de la superproducción, el superemprendimiento o la supercomunicación, que no son una amenaza externa sino que son sistémicas.
Para este filósofo, actualmente superamos la época bacterial, viral o inmunológica, para pasar a una época neuronal. Tanto el síndrome de desgaste ocupacional, como el trastorno límite de la personalidad, el déficit de atención con hiperactividad y la depresión, definen el panorama patológico actual. El paradigma inmunológico ya no sería compatible con el proceso de globalización, pues la otredad que suscitaría una reacción inmunitaria, se opondría a un proceso de disolución de fronteras y a la hibridez generalizada. En esta etapa de violencia neuronal, el gran fracaso del ser humano es, según Chul-Han, la imposibilidad de devenir él mismo, conseguir su propia soberanía y haberse convertido, voluntariamente, en un animal laborans, sin necesidad de coacción externa. Según el autor, "en esta sociedad de obligación, cada quién lleva consigo su campo de trabajos forzados".
María Constanza Castro M.
Académica Escuela
de Periodismo UCN
Máster en Literatura.