"Tsunami"
Con motivo del XXV aniversario del asesinato del arzobispo salvadoreño Oscar Romero, el teólogo español Jon Sobrino, lanzó el libro "Tsunami", junto a teólogos, como el brasilero Leonardo Boff. El documento reflexiona sobre los desastres naturales y su impacto sobre los más pobres y abandonados.
Monseñor Romero sufrió en carne propia las aberraciones humanas, el mysterium iniquitatis, por situarse al lado de los humildes.
Transversalmente, los cinco autores del libro "Tsunami" sostienen que la gente de los países ricos ha encontrado, en la indiferencia y la amnesia, la forma más elegante y macabra de no afrontar los horrores que sus propias manos provocan en la sociedad: aludes por deforestación, sequías por uso inadecuado de las aguas, incendios forestales para facilitar el desarrollo inmobiliario.
Una de las conclusiones clava los dientes en la violencia que produce inmigrantes. Chile conoció el fenómeno y ahora también, en reversa, recibe en alud inmigrantes de Colombia, país cuya guerra civil no termina tras cincuenta años de lucha. Sobrino señala que es válido escuchar la palabra de Dios en este caso, como cuando habló a los israelitas: "Recordad que extranjeros fuisteis en Egipto". Frente a tales palabras es penoso que en Antofagasta haya anti inmigrantes.
Cabe agregar que en la casa del Dr. Rendic, se recibió a los exiliados del sistema médico estatal y privado. La casa de Uribe con Latorre fue la montaña donde refugiarse ante la inmensidad del tsunami, que conlleva la enfermedad entre los más humildes. Fue la tabla de salvación para muchos y por un tiempo extenso.
Cuando los contubernios económicos han puesto en el tapete la ambición y degradación moral en los grupos elitarios contra el pueblo de Dios, el estetoscopio de Rendic fulgura como el halo sagrado de la santidad, en vertiente de entrega, humildad y obediencia al mandato sagrado de todo hombre con el corazón bien puesto: servir a su prójimo.
Hace trece mil ochocientos millones de años, desde la misma partícula elemental de hidrógeno y helio, vino a construirse la vida, que terminaría en dar lugar al hombre, haciéndonos por tal motivo hermanos desde ese instante primigenio. Rendic eso lo sabía y contribuyó a hacer hermanos suyos a sus pacientes.
Por estos días, hemos convertido el progreso en nuestro camino al precipicio, como sostiene el teólogo protestante alemán Jürgen Moltmann. Los grandes desastres naturales son producto de dicho progreso acelerado y a menudo sin conciencia. En "Tsunami", se nos sugiere reconvertir el proceso a lo opuesto: la satisfacción de las grandes poblaciones humildes del planeta, en lugar de ocuparlas para beneficiar a minorías egoístas que ven la riqueza como su estrecho objeto de vida.
Rendic, y reitero, conocía esta verdad desde el momento en que abrió la puerta de su morada para estar junto al que padece. El Gloria Dei vivens pauper, la gloria de Dios es que el pobre viva.