Los expertos de distintos sectores opinan que la baja del cobre por lo menos seguirá hasta fines de 2017 o principios de 2018, porque el principal comprador del metal rojo recién comenzó su etapa de reactivación, pero nada asegura que funcionará o requerirá de la misma demanda del mineral para su despegue.
A su vez, los altos ejecutivos de la minería hablan que ya fueron realizados los ajusten en las compañías y por el momento no tienen en carpeta otras medidas, que inevitablemente están asociadas al despido de trabajadores, recortes de producción o cambios en las políticas con sus proveedores.
Ahora, las autoridades de Gobierno, sobre todo regionales, minimizan el impacto de la caída del cobre y ven otro panorama opuesto al entregado por los analistas. O sea: el empleo seguirá estable y la carpeta de proyectos regionales asegura un dinamismo en la economía para los próximos años.
El tema es más complejo. Porque la minería perdió 18 mil empleos solamente en el 2015 y si las compañías aplican una segunda ola de ajustes, las cifras podrían complicarse mucho más, porque incluso el sector construcción ya tiene pronosticado un bajo crecimiento para el 2016. Un panorama como para analizar, sin caer en dramatismo, pero con las advertencias necesarias.
Hasta ahora lo que favorece a la Segunda Región, si puede usarse este término, es su alta conmutatividad de trabajadores, el grueso de la mano de obra viene de otras regiones. Si estas personas pierden su empleo, simplemente vuelven a su lugar de origen, por ello el desempleo incluso ha bajado en la zona, pero por un factor coyuntural.
Otra variable pasa porque la minería entrega más empleos indirectos que directos, pero sin duda es el motor de la economía regional. Y el ajuste ya es notorio en el comercio, venta de automóviles, compra y venta de viviendas y servicios de todo tipo, porque las compañías mineras están aplicando restricciones por todos lados.
Los discursos oficiales deben también mostrar la otra parte de la realidad.
El tema es más complejo. Porque la minería perdió 18 mil empleos solamente en el 2015 y si las compañías aplican una segunda ola de ajustes, las cifras podrían complicarse mucho más en los próximos meses, pese a los cálculos oficiales.