el objetivo del académico era contar una historia que no sólo fuera leída por historiadores y politólogos. "quería llegar A mis estudiantes", reflexiona Cristián pérez.
"Cerca de la revolución"
Cristián Pérez
Editorial Planeta 216 páginas
$12.900
Cristián Pérez se propuso construir una gran historia de la izquierda chilena y para eso comenzó con dos libros de corte más bien académico: "Vidas Revolucionarias" y "Memorias militantes". Ahora sumó un tercero, que transita entre el relato novelado y la narración de hechos históricos.
Hasta allí todo es normal en la vida de Juan Carlos. Una familia allendista. Un dirigente sindical del cobre que milita en el Partido Socialista. Un hermano menor que sigue los pasos del mayor. Entonces, ¿qué es lo que motiva el cambio de rumbo de esta historia? Este cambio comienza a fraguarse el primer día de 1959, cuando un grupo guerrillero comandado por el Che Guevara ingresa a La Habana. Este contingente viene avanzando desde la ciudad de Santa Clara, donde le ha propinado al ejército de Batista una aplastante derrota, que provoca su huida de Cuba y la toma del poder por el ejército rebelde. A los pocos días llega Fidel Castro a la capital para instaurar el primer gobierno socialista en América Latina. A Castro lo acompañan, entre otros jefes, Camilo Cienfuegos y Raúl Castro. Comienza la revolución en Cuba. Este hecho va a marcar en gran parte la historia que contamos.
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Los revolucionarios cubanos han ganado. Comienzan a materializar la revolución y las imágenes de estos hombres barbudos arriba de tanques y vehículos entrando a La Habana vitoreados por cientos de miles de personas, dan pie para abrir la esperanza de un nuevo camino para América Latina. Las estampas llegan en los noticiarios de cine a Santiago, Valparaíso, Concepción y también a El Salvador. Es en el teatro del enclave minero donde, al ser proyectadas por primera vez -de manera bastante tardía, como solía ocurrir en las provincias-, los aplausos de los recios mineros y sus acompañantes surgen espontáneos. Hay, sin duda alguna, un gran sentimiento de apoyo a la gesta cubana que con el paso de los años se irá intensificando.
En Chile, uno de los primeros que reacciona y parte a conocer esta revolución es el senador y amigo de la familia de Juan Carlos, Salvador Allende. Al encontrarlo el triunfo revolucionario en Centroamérica, y ser este un hecho que lo sorprende, hace caso a su reconocido olfato político, monta un avión y aterriza en Cuba, a pocas semanas de la revolución.
Al llegar se encuentra con una banda de guerra de la policía de Miami, que desfila por las calles habaneras entre vítores de la población; él se pregunta si eso puede ser una revolución y decide volverse, hasta que un dirigente le explica que el compromiso de la presentación de la banda lo había hecho Batista antes de su renuncia, y que las autoridades revolucionarias no la habían querido cancelar.
Prontamente, Allende es recibido por Ernesto Che Guevara, quien le regala uno de sus libros con una dedicatoria que dice: «A Salvador Allende, que por otros medios trata de obtener lo mismo. Afectuosamente, Che», Raúl y Fidel Castro y otros líderes revolucionarios. Este será el primero de una serie de viajes que fomentarán su amistad con los conductores de la primera revolución victoriosa en América Latina.
Salvador Allende intenta comprender los alcances de esta revolución nacionalista -ya que todavía no se declaraba comunista- que ha derrotado militarmente al ejército de la cruel tiranía batistiana. En Chile, las reacciones sobre este hecho son múltiples. Los socialistas, en general, la ven con esperanza y empiezan a pensar que puede ser un camino para liberar a Chile.
Por Carolina Collins
"Cerca de la revolución", un guiño claro a la canción de Charly García, la que dice que "lo que fue hermoso será horrible después", es el título con el que este profesor de Historia de Chile en Periodismo de la Universidad Diego Portales busca darles a conocer a sus alumnos y a quien quiera interiorizarse en el tema, cómo gente común y corriente estuvo dispuesta a dar la vida por sus convicciones en algún momento de la historia del país.
Eso es algo que según él ya no pasa. No como antes. No como entonces, cuando el continente completo observaba cómo Cuba vivía la revolución que inspiró y gatilló lo que aconteció en Latinoamérica años después.
"Cerca de la revolución" sigue la historia de Juan Carlos y Eduardo, hermanos que desde distintos puntos comienzan un viaje que los lleva por caminos paralelos rumbo a la revolución.
Juan Carlos y Eduardo nacieron a mediados del siglo XX en la zona central de Chile. De familia campesina de izquierda que apoya al entonces candidato Salvador Allende, se vinculan al proceso cubano, a la campaña revolucionaria en Bolivia y a la liberación sandinista en Nicaragua.
Historia como cuento
Pero esta historia no es ficción, a pesar de que sigue a dos personajes de los que no tenemos más detalles que su origen y nombres, que fueron cambiados para este relato. Sus historias fueron recogidas por el autor para "una investigación de largo aliento" que ha realizado por más de 15 años.
Esa investigación, cuenta Pérez, "es para reconstruir una historia más general de la izquierda chilena y de la izquierda latinoamericana si fuera posible".
El autor explica quedesde un comienzo quiso "un libro que contara una historia entretenida, interesante, pero que además fuera para todo público". Y de ahí surgió la idea de partir desde la intimidad de dos hermanos para ir ampliando la visión hacia lo que ocurrió con la izquierda del país desde antes del triunfo de Allende en las urnas en adelante.
"Se me ocurrió que quizás era mejor abordar a los dos hermanos, porque me ayudaban a cubrir un espectro mucho mayor de la historia", comenta el académico de la UDP.
Para él, el relato "va de lo particular a lo general. Muestra cómo una familia campesina se vincula tempranamente con Allende, sus hijos se convierten primero en dirigentes sindícales y luego en revolucionarios. Y luego cuando viene el golpe se vuelven a radicalizar y terminan en Chile votando en el plebiscito".
La idea era bajar de la academia y contar la historia reciente del país a las nuevas generaciones de manera entretenida. "Es como contar un cuento, la idea es que la gente lo pudiera leer así y que no fuera latero, entendiendo que esto es historia", afirma el autor. "Lo que quería era salir de la academia, de escribir papers o libros para un grupo de personas que son historiadores, sociólogos, politólogos, cientistas sociales. Yo quería abarcar y llegar a mis estudiantes, por ejemplo", explica.
Derrotas y la izquierda
El historiador además resalta la figura de Salvador Allende, que fue derrotado tres veces antes de ser electo en 1970. "La historia de la izquierda chilena está, para bien o para mal, muy ligada a Allende. Él era el líder indiscutido de la izquierda chilena", recuerda. Por eso el relato comienza justamente con la derrota de Allende de 1964, que en ese entonces bromeaba diciendo que en su epitafio quería que dijera: "Aquí yace el futuro Presidente de la República".
-Esa derrota de alguna forma configura a la izquierda chilena...
-Sí, por supuesto. La derrota es un golpe duro, pero la hace crecer. Permite ver las lealtades que se van manteniendo en el tiempo, porque la mamá de estos hermanos siempre va a ser allendista, hasta que se muere. Allende la seduce en términos políticos e ideológicos cuando es un pije que está haciendo su primera campaña. Que les habla a los campesinos de justicia social, de emancipación, donde se mete en terrenos que estaban prácticamente vedados.
-¿Es importante para usted hacer clases a alumnos de primer año?
-Es muy importante, porque vienen recién saliendo de la educación media. En Historia traen una enorme voluntad pero un conocimiento adaptado para la PSU, que a mí me parece atroz. Lo que les han enseñado en la educación media, y no es una crítica para los profesores sino al sistema, es a responder una prueba. Y no les han enseñado qué significa la Historia. Entonces hay que partir un poco de cero, que dejen los clichés, que las fechas no son importantes, que la historia es un proceso.
-Y este libro es para ellos...
-Me encantaría que lo leyeran ellos, es para todos, pero especialmente para los jóvenes que no les gusta leer, que se latean cuando los libros son muy largos y cuando el lenguaje es muy técnico. La historia reciente no se enseña porque es un foco de conflicto, la historia de Allende y Pinochet complica, crea divisiones políticas y se usa como insumo para la política.
-Este ha sido un año en el que se ha abordado especialmente la historia de los sectores armados de la izquierda. Se emitió por CHV "Guerrilleros", que es la historia del FPMR. ¿Por qué esa parte de la historia no ha sido tan revisada?
-No se ha revisado mucho por varias razones. Primero, porque tiene que ver con la guerra fría; segundo, porque la gente está viva y a veces es reacia a contar su experiencia. Y además tienen miedo de que si cuentan algo repercuta en lo político. Pero sí, es algo que los chilenos del futuro tienen que conocer, porque es la historia de gente común que se compromete con una posibilidad de cambio y que termina en una derrota. Son historias tristes, pero tienen un mérito. Y es que aunque probablemente no lo buscaron, consiguieron que se universalizaran los derechos humanos.
-Hay una generación que está hastiada de hablar del régimen militar y otra más joven que todavía no conoce todo. ¿Por qué es necesario seguir revisando la historia?
-El valor que tiene la historia es que les hace ver a los seres humanos qué pasó antes y les da ciertos parámetros para ubicarse en el mundo. Y cada cierto tiempo se rediscute. Y en Chile hay una generación que probablemente esté muy hastiada, pero los hijos y los nietos de esa generación van a querer hablar de esto.
-¿Por qué le interesa develar la historia de la izquierda?
-Ya ni siquiera sé por qué (se ríe).
-¿Pero ha sido militante?
-Sí, pero no es eso. Yo creo que el interés era sacar a relucir historias olvidadas que reflejaban a la gente común que había hipotecado sus vidas en esta lucha. Ese era el mayor interés. Que la gente conociera que en algún momento de la historia nuestra hubo una época donde dar la vida por una causa tenía razón de ser. Que es lo que hoy siento que ya no existe. En la época del "no estoy ni ahí", donde el Chino Ríos era el ícono, quería mostrarles a mis alumnos que hubo un tiempo distinto.
-Pero hoy el tiempo es distinto, ¿no?
-Sí, hoy es completamente distinto. Hoy los jóvenes están muy preocupados del devenir, no de la política partidista, porque les cargan los partidos tradicionales, pero sí están preocupados de cómo va a ser la educación, el modelo, el tipo de país, de por qué somos así.
-¿Cree que es porque vieron a sus pares, como Giorgio Jackson y Camila Vallejo?
-Creo que los liderazgos en la historia son muy potentes. Es cierto que los movimientos de masas y los partidos políticos son súper importantes para un cambio, pero también son los líderes. Sin un Lenin y unTrotski no hubiera habido Revolución Rusa; sin un Che Guevara o un Fidel Castro no habría habido Revolución Cubana. En este caso nos encontramos en el 2011 con una generación de líderes universitarios muy capaces, muy inteligentes y muy brillantes y los que no eran tan brillantes, tenían una capacidad de movilizar a las masas impresionante. Creo que una parte importante de los alumnos es la generación que estaba en el colegio en ese instante.
-¿Hay un giro a la izquierda en el país?
-No lo he pensado mucho, pero diría que desde la vuelta a la democracia el 90, Chile es un país culturalmente de centro izquierda. Que está más cercano a los valores que predica una socialdemocracia en el mundo, que a los valores de una derecha. A los chilenos les gusta la seguridad, pero también quieren transformaciones y ven que el Estado es una parte importante, muchos ven al Estado como el único ente que los puede proteger. Y esta idea de que culturalmente es más progresista, tiene que ver mucho con la situación de los estamentos que dirigían las sociedades, cuestionadas por sus malas prácticas.
-¿Cómo ve a la izquierda actual?
-Si tuviéramos que hablar de la izquierda tradicional, diría que no están en muy buen pie, porque lo que han hecho es alejarse de las bases que los sustentaron. Si pudiéramos medir por las últimas elecciones de federaciones de estudiantes, hay muy pocas donde ha ganado la izquierda tradicional. Y esto se ve acrecentado muy fuertemente porque parte de los dirigentes de la izquierda tradicional se han visto involucrados en hechos de corrupción.
-¿Cuál es el objetivo final de esta investigación?
-Me gustaría construir una historia más global de la izquierda más radical de Chile que se compromete con las luchas con el Che Guevara y con las luchas en Nicaragua. No sé si pueda.
"Es como contar un cuento, la idea es que la gente pudiera leerlo así, pero además entendiendo que esto es historia".
dinko eichin frost
Desde Chile mirando hacia Cuba
Extracto del libro "Cerca de la revolución" (página 23 a la 26), de Cristián Pérez.
"En la época del 'no estoy ni ahí', donde el Chino Ríos era el ícono, quería mostrarles a mis alumnos que hubo un tiempo distinto".