Carabineros recibe 53 denuncias al mes por ruidos
MOLESTIA. Vecinos del centro y el CCP de Prat relatan cómo conviven con este problema.
El tema de los ruidos molestos no para en Antofagasta. Ahora le toca a los vecinos de la excárcel de la ciudad, quienes desde agosto de 2013 viven un verdadero drama después del traslado de más de mil internos del CCP de Prat al Nudo Uribe.
El hecho significó un progreso para descongestionar el lugar, pero trajo problemas ruidosos para los vecinos que viven cerca de este recinto, habitado por más de 120 funcionarios de Gendarmería que no tienen acceso de viviendas fiscales.
Cristian Aguilera (31), vive frente de la excárcel, para él esto "fue una cosa por otra. Empezó cuando se fue la cárcel para arriba y llegaron todos estos cabros jóvenes. Aquí los compadres se ponen a beber allá adentro, con escándalo, gritan. Parecen reos, cantan. La música demasiado fuerte y no para".
El director regional de Gendarmería, Pedro Villarroel, indicó que el 95% del personal de la institución corresponde, en orden, a la novena, octava, séptima, décima y el resto de las regiones del sur. Sólo un 5% correspondería a personal de la zona norte. Estas cifras explican que la mayoría del personal que vive en el CCP de Prat no es de la región.
Lidia López (38), vecina de calle Atacama, frente a los muros de la excárcel, describió que "el drama es que ellos no respetan el sueño nocturno, porque llegan y ponen los equipos a todo volumen. Sobre todo esa música de reggeatón que les gusta a ellos, y el boom boom de los parlantes es horroroso".
Sectores
Pero éste es sólo uno de los problemas que ocurren en el centro de la ciudad, además del sector del Parque Brasil.
Al respecto el prefecto de Carabineros de Antofagasta, Robert Morales, señaló que mensualmente reciben entre 49 y 53 llamadas por ruidos molestos.
Una situación similar, en cuanto a enfrentar ruidos molestos tienen los vecinos del centro de Antofagasta y los del sector de Mar de Plata de la Coviefi, por su cercanía al Casino Enjoy y las fiestas clandestinas que se arman en las Ruinas de Huanchaca.
Con estos casos sobre la mesa, Morales fue consultado si estamos en una ciudad ruidosa. En respuesta aseguró que "no, son sectores puntuales. Si tuviéramos reclamos de toda la ciudad, te creo (…) Yo creo que el ruido que emite el casino, es el ruido común y corriente de cualquier casino de juegos. Pero que estemos frente a una ciudad ruidosa, no".
¿Cómo podemos mejorar el problema para estos vecinos? "Haciendo las denuncias correspondientes en Carabineros como en la municipalidad, con el objetivo de poder cursar las infracciones.
Pruebas
Jorge Franco, director de Inspección del municipio local, declaró que "en la medida que el denunciante no tenga medios probatorios, el procedimiento que hacemos nosotros no va a tener ningún buen final en los tribunales, porque el juez no va a tener prueba para condenar".
Por eso subraya que es relevante que los vecinos llamen a Carabineros en el momento que ocurre la infracción, a modo de sorprenderlos infraganti y luego los uniformados sean ministros de fe que existió el ruido.
Otro actor relevante para denunciar estos hechos, según Franco, es la Seremi de Medio Ambiente.
"Por ley son los únicos facultados para efectuar las mediciones de decibeles, que es una prueba fundamental para los jueces del juzgado de policía local. Para que puedan aplicar una sanción como corresponde", manifestó Franco.
Para Verónica Díaz (62), vecina que vive en Prat con Ossa, vivir en el centro es una soledad enorme que en la noche se mezcla con marihuaneros, ladrones y ausencia de seguridad. "Una vez vino una señora de la municipalidad a medir la intensidad de los ruidos, pero nunca pasó nada", recuerda respecto a la música que viene desde los locales nocturnos.
Fiestas clandestinas
Las fiestas clandestinas en la Ruinas de Huanchaca (terrenos de la Universidad Católica del Norte) y el ruido del casino Enjoy, que incrementa los fines de semana, son un malestar constante para los vecinos de la Coviefi, específicamente de los calle Mar de Plata, puesto que les rebota el sonido al encontrarse en la orilla del cerro que da al vacío. A raíz de esto es que vecinos del sector han denunciado estos hechos, explicando que están aburridos de lidiar con esto, sobre todo en sus horarios de descanso y relajación. Lo peor llega con los vehículos que estacionan en las ruinas y colocan música en altos decibeles.