El poeta Miguel Morales
Miguel Morales Fuentes, con su apostura de pequeños caballero del Greco, con su silenciosa actitud de no querer estorbar a ningún pájaro del cielo, pronuncia, sin embargo, palabras de apasionada ternura, cuenta su ansiedad de hombre. Nada es postizo en su poesía, ahora gozosa, en "El Herrero y su Noche", recién impreso bajo los auspicios de la Dirección de Comunicaciones de la Universidad del Norte, con portada de Pedro Quiquincha y dibujos de William Rivera.
En este libro, el segundo del poeta Morales (el primero es "Elegía y Regreso", de 1966), el amor de la Poesía está latiendo desde el primer verso:
"Giraré para ti las poleas del viento, / limpiaré mis retortas para ti"
en cuyos fondos las palabras van detallando el combate del hombre poeta, van levantando los vértigos de singulares visiones, en que triunfa "el aire gris de los confines" y una cabeza de muchacha despide " luces de la noche".
La poesía de Miguel Morales Fuentes transcurre entre un aliento romántico y un impulso de nuevos beneficios de expresión. Es la poesía de un hombre que, favorecido por las musas, conoce como transmitirnos su historia, en un lenguaje de constante sobresalto de belleza.
Su poema " La Botella en la Mesa" ofrece un original pintura:
"Dejaremos entonces si tú te lo propones. / te llevaré muy junto, divagaremos juntos,
Sentirás mis latidos, / mi furia crepitante y mis sonidos".
Y las prosas de " El Recuerdo Inevitable", humedecidas de noble y delicada nostalgia:
"De improviso la vida impone los recuerdos. Yo en la arena del río deslizándome por las cabelleras de los sauces. Feliz poseedor y amor de un territorio de viñas y culenes, con troncos atravesados sobre el agua para volar desnudo. Después tendido al sol, encendiendo los primeros cigarrillos. Muchas imágenes más veo pasar en remolino, mientras me pierdo en la selva de asfalto que apretuja mis venas".
El poeta Miguel Morales continua y continuará conmoviéndonos por su sinceridad y su fuego.
Andrés Sabella, 1972