El lado 'B' de las playas y balnearios: drogas, alcohol y mucho reggaeton
CIUDAD. Existe inquietud entre los bañistas que llegan al litoral antofagastino por el consumo de marihuana entre los jóvenes a toda hora y sin mayor control.
"Está mal fumar marihuana al lado de los niños chicos. Si ellos quieren fumar que lo hagan en un lado más escondido, porque los niños no tienen la culpa que ellos consuman y no deberían ver eso".
Desde el sector 'La puntilla', Cristian Jiménez (17) de la población Chango López, cuenta y observa cómo el agua refresca a la gente del Balneario Municipal. Cree que en esta zona es más prudente fumar que hacerlo que allá abajo.
El tema no es menor, ya que por las redes sociales e incluso en la sección 'Cartas al director' de este Diario, los bañistas de los balnearios de Antofagasta han expresado su molestia por el consumo de marihuana, alcohol y música a todo volumen en las playas, sobre todo los fines de semana.
Esteban Naranjo (17), quien llega recurrentemente al Balneario Municipal con su team de amigos, dijo que "en la arena siempre hay niños y este sector es más para eso, pero debería haber más tolerancia, relajarse y hacer sus locuras, claro que no de una forma tan desenfrenada"
¿A qué te refieres con esas locuras? "A venir a jugar, a tirarse de partes no adecuadas, así la paso bien y me gusta cuando traen esos parlantes enormes porque así escuchas música y la pasas mejor", asegura y va tirarse un piquero desde el balcón de 'La puntilla'.
Los jóvenes concurren a las playas luego de la hora del almuerzo y se quedan hasta que oscurece. Este horario no es muy amigable para las familias, ya que ven en este grupo etario, entre los 15 y 25 años, un mal comportamiento en las playas.
Domingo Kano, exvendedor de farmacias y veraneante constante del sector, evalúa de forma regular la seguridad. No le gusta que su hijo y su familia respiren humo de marihuana de los demás veraneantes. Apunta a los jóvenes.
"Estamos en un país libre, pero también hay que respetar el espacio de los demás. También se nota mucho que la gente viene a beber alcohol acá y los no deberían ver eso", cuenta Kano.
Por estas razones prefiere no irse muy tarde a su casa.
Según, Rodrigo Donoso, "si le ponemos nota de uno a siete a la seguridad de la playa, yo le pongo un cinco, porque el salvavidas no tiene un buen acceso a la playa en caso que alguien se esté ahogando".
¿Logran estar tranquilos? Junto a su familia alrededor de la arena y encima de una toalla arenosa, Donoso relata que "igual la gente toma harto alcohol en la playa, sobre todo en la tarde. Eso mismo te causa desconfianza, que por culpa de que una persona esté drogada o con alcohol, puede afectar al resto, porque uno no viene solo, viene con niños aquí", dice.
A más de 30 metros de distancia se escucha el 'Dale morena, dale morena' que sale de un parlante al que un hombre conectó un prendrive con música reggeaton style.
El volumen alto del parlante es tolerable para los más jóvenes, pero irrita a muchos, sobre todo a los que están a su alrededor y no entienden por qué necesita escuchar su música favorita tan fuerte, que técnicamente se convierte en el sountrack del Balneario Municipal.
Problemas
Mientras suena un rap consciente del parlante, Gonzalo Carrasco, salvavidas, asegura que este problema es recurrente, junto al alcohol y las drogas. Recalca que se da más en las tardes que en la mañana.
"En realidad lo importante no es lo estrictamente prohibido, sino quién lo supervisa. Hoy vemos que se tramitan leyes como la que no se puede fumar en la playa, sin especificar qué. Por ello, Carabineros en este caso prohíbe fumar en la playa y beber alcohol", explica Carrasco.
Como salvavidas, al momento de recibir acusaciones de los veraneantes, canalizan esta información a Carabineros u orientan a las personas que cuenten estos actos a Seguridad Ciudadana del municipio.
"En estos actos predominan adolescentes y adultos hasta los 30 años. No sé si es porque son ellos los que más la consumen o los que más vienen a la playa", dice Carrasco.
¿Ahuyentan familias con esto? "En este momento es tanta la necesidad de recreación que tiene la población, que podríamos decir que las playas no dan abasto, no podríamos decir a quién ahuyentan o no. Pero lo importante es evitar que la población vaya adquiriendo hábitos que se transformen en malas costumbres, por ejemplo, más que las drogas, el consumo de alcohol", asegura el salvavidas.
Desde las 19 comienzan a irse las familias del balneario para dar el pase a los que van a 'carretear' al lugar.
"Aquí no siempre uno logra estar tranquila, me da sensación de inseguridad que se pongan a fumar en la playa. Eso causa inquietud y es una mala influencia. Aparte que el olor es molesto", acusa Carolina Medrano que viene con su hijo y sobrinos pequeños.