Las distintas partes sirias ven complicada la aplicación del acuerdo alcanzado por EE.UU. y Rusia, para un alto al fuego en el plazo de una semana en el país árabe, debido a la disparidad de intereses y situaciones sobre el terreno.
El Gobierno de Damasco aún no reacciona oficialmente al anuncio hecho el jueves en Munich por Washington y Moscú de que pactaron un cese de las hostilidades y un aumento de la ayuda humanitaria en Siria. Sin embargo, el gobernador de la provincia de Homs, Talal al Barazi, dijo que en esta región no es posible un alto al fuego a grandes rasgos.
"Es una decisión que depende de nuestro liderazgo, pero en Homs no lo veo viable porque, por un lado, tenemos en el este al Daesh (acrónimo en árabe de Estado Islámico, EI), que es una organización que quedaría fuera de ese marco", explicó.
Por otra parte, en el norte de la provincia actúa el Frente al Nusra, filial siria de Al Qaeda, "que también estaría fuera del arreglo", destacó Al Barazi.
Para el gobernador, solo existiría la posibilidad de llegar a acuerdos puntuales con grupos armados locales, como el ocurrido en el distrito de Al Waer, dentro de la ciudad de Homs, en diciembre. En ese barrio se firmó un pacto para el cese de las hostilidades que permitió la evacuación de más de 700 civiles y combatientes de distintos grupos, entre ellos el EI.
En el bando opositor tampoco ven que un alto al fuego sea viable. El vicepresidente de la opositora Comisión Suprema para las Negociaciones (CSN), George Sabra, rechazó hablar de un cese de la violencia hasta que no haya primero un diálogo y una transición política en el país árabe.
Negociaciones
El arreglo ruso-estadounidense se logró el jueves por la noche tras más de seis horas de negociaciones en Munich del Grupo Internacional de Apoyo a Siria, en el que participan esos dos países, además de Turquía, Irán, Arabia Saudita, Catar, Egipto, Francia, Alemania y el Reino Unido.