Aquel 14...
Hoy, 14, de febrero, Antofagasta se despierta con el corazón, vibrando de ternura por su tierra. Cada palpitación es un cántico a sus piedras y a sus aguas, a sus minerales profundos y a su historia, donde el sudor y la sangre se alían en una estrecha ligazón de vida.
Pero, ¿cómo nació, oficialmente, el 14 de febrero, Día de Antofagasta? He aquí su historia: en enero de 1948, siendo alcalde don Juan de Dios Carmona, hablamos de fijarlo, barajando diferentes razones de peso histórico y moral. Lanzada la idea, hubo personas que se opusieron, alegando que tal festividad heriría sentimientos hermanos. Respondimos con el Alcalde la verdad de lo que nos inspiraba: el 14 de Febrero, Día de Antofagasta, no sería uno de recordación bélica, sino de limpia exaltación patria, de fuerza creadora y de alegría, lejos de chauvinismo y de ánimo torcidos para ningún vecino.
Triunfó la idea y el 14 de Febrero de 1948, en el Salón de Honor de la Municipalidad, ante autoridades y público entusiasta, se lo estableció. Cumplimos, hoy 38 años de conmemoraciones, sin más impulso que el de acrecentar nuestro amor por el Puerto del Chango López.
Editamos una revista entonces, con selectas colaboraciones de Mario Bahamonde, Luis Urzúa y Pascual Venturino, poemas de Antonio Rendic, Fernando Cauzat Cotal, Manuel Durán Díaz, Danilo Tacussis y Andrés Sabella, y un retrato ideal de Juan López, pintado por Osvaldo Ventura, sirviéndole de modelo al propio Alcalde Carmona. Este óleo presidió la sesión solemne de aquel lejano 14 de Febrero.
Carmona, en su discurso inaugural, insistió en la limpidez que rodeaba la fecha: limpidez aposentada en auténticos fines de amistad y de paz internacionales.
El tiempo sólo ha servido para comprobar la nobleza de afectos que alentó a los que, de modo decisivo, recogieron la tradición que el pueblo sostenía, briosamente, y la ofrecieron al porvenir. El 14 de Febrero representa, pues, la acentuación de progreso y patriotismo que los antofagastinos brindan a su puerto.
Andrés Sabella, 14 febrero 1986