A pocos días del ingreso a clases
Tenemos parámetros estancados en educación desde hace diez años y por ello la seremi de Educación llamó a sincerar estos resultados para asumir nuevos desafíos. Este problema da para otra reflexión en forma casi inevitable: cómo una región con altos índices de crecimiento productivo no pudo conjugar esta inyección de recursos con desarrollo.
Quedan pocos días para el retorno a clases y la seremi de Educación en la edición dominical de este diario habló de su profunda preocupación por los malos resultados que tiene Antofagasta en las distintas mediciones de la enseñanza, llámense Simce o PSU.
La autoridad, que hace unas semanas asumió la cartera, declaró que la Región de Antofagasta está pegada en parámetros bajo el promedio desde hace 10 años. Como ejemplo precisó: estamos cuatro puntos bajo el promedio en la PSU y en la enseñanza municipal la diferencia llega a los 46 puntos, por lo menos.
Por ello la seremi también habló de sincerar las cifras de los resultados en los mecanismos de medición. Esto es importante, porque simplemente es necesario reconocer que la educación regional está incluso bajo los parámetros mínimos, pese a la inversión del Estado y también en lo que invierte un apoderado en el pago de un colegio particular para su hijo.
Hay que sincerarse. Los malos resultados por lo menos en la PSU 2016 están en todos los segmentos de la educación regional, ya que no logró ningún puntaje nacional en el examen de selección.
Algo pasa en la educación regional y la nueva seremi de Educación habla de que el gran desafío pasa por subir estos resultados (y así tiene que ser, por cierto). Sin embargo, el tema tiene inevitablemente que ver por cómo a nivel regional asumimos todos la tarea de estar entre las primeras regiones con resultados aceptables -ni siquiera buenos- en las mediciones de calidad.
Este problema da para otra reflexión en forma casi inevitable. Cómo una región con altos índices de crecimiento productivo -por lo menos en los últimos cinco años- no pudo conjugar esta inyección de recursos con desarrollo, pero no sólo en el tema educacional, sino en otros parámetros de calidad de vida.
Las futuras generaciones deberán analizar aquellas causas que no permitieron asimilar la riqueza del cobre con altos estándares para el desarrollo del conocimiento.