Respeto e inclusión para discapacitados
Hay avances importantes, pero aún falta mucho por hacer. En la región más de 37 mil personas sufren algún grado de limitación física, sensorial, visual o auditiva. Hay que conjugar en todas sus formas la palabra solidaridad. Es necesario ponerse siempre en el lugar del otro, ya que la discapacidad siempre requiere de la ayuda y voluntad de todos.
Una completa radiografía entregó el segundo Estudio Nacional de la Discapacidad del Ministerio de Desarrollo Social, detallando la realidad del país y de Antofagasta en diferentes rangos etarios.
Las cifras son reveladoras en cuanto al número de discapacitados mayores de edad en la región. El número abarca a más de 37 mil personas, cuyo porcentaje más alto se ubica entre las mujeres con más de 60 años.
Hay que dejar en claro que la discapacidad tiene múltiples formas y no sólo está asociada a las limitaciones físicas, sino también a problemas visuales, sensoriales y auditivos, entre otros, siendo un tema de largo alcance que abarca múltiples aspectos sociales y económicos.
Del total de la población de la región, 25 mil personas sufren discapacidad moderada y 11.779 severa, donde el mayor porcentaje afecta al mundo femenino en todas las edades, de acuerdo al informe.
¿Pero qué hacemos como sociedad para facilitar la vida a estas personas? Si bien hay esfuerzos importantes gracias a la Teletón durante los últimos años y una serie de políticas de estado, todavía queda bastante por hacer en el plano del respeto y la inclusión en todas sus formas.
Y los antofagastinos tenemos mucho que decir y avanzar sobre el tema. Aún falta más integración y menos miradas de indiferencia, tema que es fácil de ver en el diario vivir.
Dificultades para abordar la locomoción colectiva, autos mal estacionados sobre las aceras, falta de accesos a los edificios, mal estado de calles, escasa incorporación al mundo laboral y a veces situaciones de menoscabo y maltrato, son algunos de los problemas más frecuentes. Una persona en silla de ruedas puede tardar hasta dos horas para abordar un colectivo o una máquina del TransAntofagasta, situación que habla de un problema grave y de una realidad desconocida para muchos.
Es necesario ser solidarios y ponerse siempre en el lugar del otro. La discapacidad requiere del apoyo de todos.