'La Verdad oculta'
En el cine estadounidense existe una serie de películas que se refieren al deporte más popular de ese país: el fútbol americano, ése donde los jugadores se lanzan y golpean de manera violenta. Esta tendencia constituye un subgénero, porque la mayoría de ellas obedece a un mismo patrón: un héroe solitario se enfrenta contra el equipo, contra la federación y, por ende, contra la comunidad.
De esto precisamente habla "La verdad oculta", cuando denuncia que ciertos deportes -el boxeo, el fútbol americano, el rugby- se enmascaran de entretención, pero en realidad hacen de la agresión física la antesala para que los jugadores terminen con secuelas que los pueden llevar a la muerte.
Todo esto parte de un caso aislado, el de una ex estrella del fútbol americano, Mike Webster, quien se volvió loco, que aparece muerto en precarias circunstancias y cuya autopsia revela anomalías que despierta el interés del doctor Bennett Omalu (Will Smith), un especialista nigeriano inmigrante que cree sinceramente en el modelo norteamericano como estilo de vida. De este modo, al efectuar las autopsias el médico forense descubre una situación semejante al que sufren los boxeadores, su deterioro después de recibir demasiados golpes en la cabeza.
A medida que el médico avanza en sus investigaciones, se encontrará en su camino con poderosos círculos de dirigentes quienes, dejando de lado todo atisbo de ética profesional, solo se preocupan de la férrea defensa de los millonarios negocios que produce este deporte.
Luego, aparecen dos casos más de ex-jugadores de la poderosa Liga Nacional del Deporte que se suicidaron, lo que hace que los dirigentes traten de manera infructuosa de acallar cualquiera información, denigrando al médico y a su jefe e incluso, extendiendo sus acciones hasta la mujer del forense.
El protagonista del filme es, como suele suceder, un idealista, un tipo que de a poco se va dando cuenta de la tremenda verdad que está desentrañando, demasiado ingenuo como para llegar a imaginar las aristas del caso que ha empezado a investigar. Es una suerte de David que lucha contra el Goliat bíblico, simbolizado aquí en la Liga Nacional del Deporte que trata por todos los medios de ocultar la incómoda realidad: que sus jugadores están muriendo producto de las severas lesiones que han sufrido en el campo de juego.
El director y también guionista, Peter Landesmann, se basó en la historia real aparecida en una crónica de prensa de la revista QG, que motivó a la adopción de medidas para cuidar más a los jugadores de futbol americano, logrando mantener una historia algo árida para los espectadores (especialmente cuando ese deporte no se encuentra entre los populares en nuestro país), que parte de manera impecable, aunque se hace algo lenta y obvia en el tramo final, pero que en su conjunto destaca por las magníficas actuaciones del elenco, partiendo por un Will Smith imitando el acento nigeriano sólido y carismático y apoyado con actores más que consagrados como Albert Brooks, Alec Baldwin, David Morse y Luke Wilson.
Del director Landesmann sabemos que se ha caracterizado por escribir diversos artículos a favor de los derechos humanos más urgentes y ha sido guionista de películas como 'Matar al mensajero' (2014), de Michael Cuesta, referida al tráfico de drogas que ha sido generado por la misma agencia de seguridad de Estados Unidos, en su intervención en el tema de la entonces Nicaragua sandinista, para apoyar a la denominada "contra".
Por lo mismo llama la atención que ese mismo espíritu combativo y duro no se logre en 'La verdad oculta', ya que el tema era de por sí polémico y más que provocador. Porque si bien esboza el corrupto negociado existente en este tipo de federaciones deportivas millonarias, el desarrollo de la trama, el estilo que el realizador escoge y el episodio amoroso del doctor Omalu, le restan potencia a un relato que prometía mucho más.
Hay un cierto desequilibrio en el filme: por una parte el descubrimiento de la llamada encefalopatía traumática crónica (ETC), crisis cerebral degenerativa que ha llevado a la locura y al suicidio a distintos jugadores del fútbol americano en Estados Unidos, es fascinante y por sí solo era todo un tema. Pero al incorporar la arista de la conspiración que incluye el ataque a la mujer de Omalu, el filme cae en soluciones bastante simplonas.
Se evidencia que el director tenía muy buenas intenciones, pero que solo expuso el caso, sin atreverse a llegar hasta el final, lo que motiva que en su conjunto la película pierda la intensidad inicial y termine siendo una película como tantas que hemos visto de deporte, corrupción y líderes solitarios que luchan por imponer sus ideales.
No se puede desmerecer, sin embargo, dos aspectos que logran sacar adelante el filme a pesar de sus debilidades: una extraordinaria fotografía de tonos fríos, que saca muy buen partido a los interiores, los rincones y las imágenes distorsionadas y su muy notable explicación de las características, las causas y consecuencias de la enfermedad, revelando un tema fascinante como investigación científica.
No es una película brillante, pero sí muy entretenida en la medida que revela una verdad a todas luces incómoda, pero inobjetable en ese subgénero que liga los deportes con la corrupción a escala mayor.
Victor Bórquez
Escritor, docente y
comentarista de cine