Don José Papic
Aquí me encuentro hoy, dando la espalda a lo que me encantaba de esta ciudad, su mar su puerto, la vista que tengo es mirando los cerros, el enjambre de edificios que se empinan al cielo. Estoy en el parque Croata, llamado así por la visita de mi honorable paisano, en homenaje a la contribución de los croatas; la verdad no está bien cuidado, algo botado diría yo, con basuras, fecas de perros y con algunos pocos arboles añosos.
Hace unas décadas atrás, me podían visualizar con humilde monumento de yeso, que los vándalos se ensañaron con él. Hoy solo merezco un busto de yeso, es que siempre las autoridades piensan que esta ciudad es un campamento, que en algunos años habrá que abandonar.
Me recuerdo la lucha emprendida por todos entorno al "Centro para el Progreso", con el cual conseguimos dos Leyes, me refiero a la Ley del Cobre, la cual no tan solo benefició al norte sino que a todas las provincias de nuestra zona. Imaginen un 10% de las ganancias no fue un tema menor, ya que ese monto quedaba a disposición de las provincias productoras de cobre, cuantas cosas hicimos con esos recursos, hospitales, carreteras, escuelas liceos y Universidades, en fin. Además la Ley de Frontera Libre Alimenticia, nos llegaba te de "Ceylán", "Leche Holandesa", en fin tanto producto esencial que alimentaba los hogares de todos los nortinos, por todos esos alimentos no se pagaba impuestos, los cuales en aquellos años eran onerosos.
Tanto pelear para que hoy este aquí oliendo el apestoso olor a marihuana; ver a jóvenes embriagarse todas las noches, para estar en un sitio dejado a la mano de los vándalos, sucia sin pasar una escoba, donde por lo menos tres décadas sin inversión, con planes de conservación mínimo, con parte del espacio compartido con un puerto seco de camiones y buses, pasa todo el mundo por aquí muy apurados. No me ven parezco fantasma, de vez en cuando un político se recuerda la proeza de aquellos años he intenta replicarla, mi nombre está en Avenidas y escuelas, de que sirve si lo que lleve a cabo no lo hice solo, y si apenas saben lo que hice imaginen si alguno de los que me acompaño es nombrado en algún texto de historia de la región o ciudad.
Me preocupo por ti, pero cuando veo que aun cuando tenemos un déficit de áreas verdes, las tapamos de hormigón, recuerdo la campaña de cada vecino un árbol o un arbusto regado por el agua usada en lavar la ropa, o cuando los jóvenes se bañaban con baldes en el jardín, me entristece tanto abandono, es que acaso los antofagastinos de mi época se fueron, o nuestras autoridades, no conocen nuestras calles y avenidas, ni a nuestros vecinos que se enfrascan en discusiones "si declarar o no la comuna contaminada", si ello implica la llegada de recursos de acuerdo, pero más bien creo la inversión privada se va ir, quien se atrevería a comprar una casa en una ciudad contaminada, reflexionemos como agregamos valor a nuestra comuna y no como cooperamos para empobrecerla, para eso si estuviese vivo llamaría a un Cabildo. Creo que es lo que hace falta hoy, que no solo hablemos, sino como buscamos un punto de unión, para luchar en conjunto por nuestra región y comuna.
Nota el Autor: Me atrevo en un juego de ficción hablar a nombre de Don José Papic, a quien conocí de niño y adolescente que escuche sus pensamientos, tengo la firme convicción que esas serían sus reflexiones. En todo caso me hago cargo de lo que escribo.
Arturo Basadre Reyes