El panorama en las diferentes quebradas de Antofagasta es más que preocupante. Toneladas de basura obstruyen el paso en las vías aluviales ante eventuales precipitaciones que aparecen con el cambio de estación.
Pese a las advertencias y recomendaciones sobre el tema por parte de las autoridades y organismos de emergencia, estos espacios son vistos por muchos vecinos como enormes botaderos de desperdicios y escombros, situación que se arrastra por años.
Estas piscinas de decantación fueron construidas tras el aluvión del 18 de junio de 1991, tragedia donde 92 antofagastinos perdieron la vida y otros 16 desaparecieron debido a la fuerza sin control del agua y el barro por las pendientes de la ciudad.
El actual escenario es grave y hay que tomarlo con la seriedad que corresponde ante la ocurrencia de un evento climático de enormes dimensiones, en especial para la población que vive en el perímetro de las quebradas La Cadena, Baquedano I, Baquedano II y El Ancla, entre otras.
Refrigeradores, colchones, mesas, materiales de construcción, desperdicios domiciliarios y botellas son parte del panorama en estas vías, donde también habita una decenas de personas en carpas y chozas, con el consiguiente riesgo que todo esto significa.
El municipio sólo en enero retiró alrededor de 85 toneladas de desperdicios, cifra que deja en claro que estamos ante una situación delicada y que necesita de la colaboración de todos. Ni las sanciones económicas resultan disuasivas ante estas malas prácticas.
Hay que reiterar que estos espacios significaron millonarias inversiones del Gobierno Regional, cuyo único fin es controlar y neutralizar los caudales ante situaciones inesperadas de precipitaciones.
Lamentablemente, toda esta basura impide la función para la cual fueron habilitadas estas vías aluviales y, lo que es peor, las convierten en un grave peligro de ocurrir un fenómeno pluviométrico de grandes dimensiones.
Es necesario aprender de las lecciones del pasado y entender que estos espacios pueden salvar vidas, siempre y cuando estén en condiciones óptimas.