'Batman versus Superman: El origen de la justicia'
Ésta debe ser la película más ambiciosa de Warner Bros. Basada en personajes de DC Comics, el gancho principal reside en la pelea épica entre dos de los más grandes personajes del mundo del cómic: Batman, el oscuro señor de Ciudad Gótica versus Superman, el héroe de Metrópolis.
Precedida de una intensa campaña promocional, el resultado es mediocre, a pesar de las dos horas y media que dura, sobre todo porque se resiente mucho en la gran cantidad de incoherencias que desarrolla en pantalla y a la mala elaboración del guión que se arrastra y demora en cobrar fuerza, haciendo que el producto global resulte pretensioso y mal resuelto.
De partida, se trata de un filme hecho con el ojo puesto en la taquilla, razón por la cual se debilita la historia que cuenta que, salvo para los fanáticos acérrimos, resulta poco clara, en extremo rebuscada y carente de una lógica interna que es fundamental en el universo que describe, regido por leyes propias del mundo del cómic.
De este modo, "Batman versus Superman" está estructurado como un filme que pretende abarcar una cantidad impresionante de tramas y subtramas que no logran aglutinarse y el director aparece desinteresado en contar una historia con claridad y propósito claro.
Uno de los grandes problemas es que la película parte lenta, con un ritmo cansino, lo que aletarga la acción, en especial en los primeros 45 minutos. Esto hace que se vayan contando historias que se superponen a otras, sin alcanzar ninguna el debido clímax. Cuando sobrevienen las dos peleas cruciales -después de una eternidad de datos que no siempre son importantes- el ritmo cambia pero no logra entregar lo que los espectadores esperan: el enfrentamiento épico y largamente esperado por los fanáticos.
A nivel de diálogos, este filme incurre en el mismo error frecuente de este tipo de películas: todo resulta postizo y es muy difícil empatizar con las emociones de sus personajes, porque abunda los sensiblero, las frases dichas para el bronce que pronto todo se diluye en más de lo mismo que ya se ha visto en decenas de propuestas similares.
El realizador Zack Snyder está tan preocupado por narrar los episodios íntimos de sus personajes que se torna lento y tedioso el ritmo, entrampada en la gran cantidad de personajes y los secundarios, tratando de abarcar demasiados datos para una sola película.
Insistimos en un hecho no menor: es probable que el filme sea una delicia para los fanáticos del mundo de los cómic, pero un espectador común, ajeno a los códigos de este tipo de obras, pueden quedar abrumados por la cantidad de material informativo que entrega, sobre todo si no está familiarizado con las relaciones de tantos personajes y descripción de situaciones.
Por lejos, el personaje que mejor delineado está es Superman, de quien podemos comprender sus motivos y su tensa relación con una ciudad que desconfía de él y lo acusa de ser un intruso en la Tierra. En contraposición, Batman aparece como un tipo intrigante, celoso y vengativo, apoyado por una apabullante tecnología y casi siempre al margen de los acontecimientos.
La película entonces resulta desordenada, narrativamente endeble y demasiado seria, tal vez debido a la influencia del ahora productor Christopher Nolan, quien ha filmado su trilogía de Batman con tal densidad que resulta abrumadora. Así, un poco de humor hubiese sido un elemento inteligente, pero no fue considerado.
"Batman versus Superman" termina siendo una película carente de coherencia, falta de humor y excesiva, subrayando todos los ripios que el director Snyder ha venido arrastrando desde sus pretensiosas '300' y 'Watchmen', haciendo que esta tendencia por aprovecharse de los superhéroes termine siendo un fallido ejercicio visual.
Recalcamos que este filme, precedido de una mediática y manipuladora campaña publicitaria, buscando reciclar el universo inagotable de estos superhéroes que ya vienen dominando las pantallas hace rato. Y acá el realizador trata de ganar profundidad haciendo un cuestionamiento respecto de la necesidad de los seres humanos de tener dioses en los cuales apoyarse y, por el contrario, los superhéroes se enfrentan al dilema de comportarse como divinidades o abandonar a todos a su suerte.
Las actuaciones por lo demás son deplorables: un Ben Affleck haciendo un Batman fascista y Henry Cavill como Superman, tratando de parecer siempre serio y compuesto. Pero el personaje del villano interpretado por Jesse Eisenberg como Lex Luthor, es aparte de sobreactuado, simplemente ridículo.
Es cierto que no se puede exigir peras al olmo, pero con tanta campaña mediática, lo mínimo era esperar un espectáculo imaginativo y épico, situación que no se logra en lo más mínimo.
Victor Bórquez
Escritor, docente y
comentarista de cine