"Hacia un mundo sin pérdidas por desastres" fue el nombre donde se aprobó el marco de acción Sendai 2015-2030 de Naciones Unidas adoptado por los países miembros, entre los cuales está Chile. Documento disponible para ser implementado en ámbitos gubernamentales, locales, comunitarios, privados y del voluntariado, donde seguimos encontrando una meta común: preparar a las instituciones y personas ante los desastres.
Las preguntas de cómo se traducen estos documentos en práctica y no letra muerta, es lo relevante. Sólo por nombrar la ley que cambia la institucionalidad chilena, sigue durmiendo en el Congreso, o que en nuestra región desde el año 2013 no se realizan simulacros masivos para las comunas, entre otros.
Pareciera que las cifras que se nos entregan no fueran consideradas por nuestras autoridades tanto en el nivel nacional, regional y local. Según Naciones Unidas, los "últimos diez años, los desastres han seguido… Más de 700.000 personas han perdido la vida, más de 1,4 millones han sufrido heridas y alrededor de 23 millones quedaron sin hogar".
Este marco debe transformarse en una base de gestión para Onemi regional y direcciones de Protección Civil y Emergencia de los municipios, debe ser él desde para entender un desarrollo sostenido, el cambio climático, llegó para quedarse y la reducción del riesgo de desastres también, los dos nos brindan una oportunidad única de lograr coherencia en las políticas, metas, pladecos, planes de prevención, planes de emergencia, respuesta oportuna.
Al ver las 7 metas mundiales planteadas, no hay ninguna que se aleje de lo que esperamos todos de las instituciones: reducir mortalidad, afectación, pérdidas económicas en relación al PIB, pérdidas de infraestructura vital o interrupción de servicios básicos; incrementar estrategias con base en educación y preparación, ser cooperativos, incrementar el uso de sistemas de alerta temprana dirigidos a la comunidad.
Aquí es cuando aparece el llamado a que si las instituciones siguiendo procesos burocráticos dejan de lado la real aplicación de dichas medidas en los planos sectoriales y locales, se hace urgente que nuestros municipios y comunidad entiendan que los riesgos de desastres, se enfrentan día a día, y fortalecer la gestión del área.
Irina Salgado Gómez
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