Los pasos en Chile del italiano que sigue a Neruda, Huidobro y García Lorca
El catedrático Gabriele Morelli -Premio Cervantes- presentó dos libros, dictó una conferencia en Santiago y visitó Isla Negra y Cartagena para seguir reconstruyendo quirúrgicamente la huella de tres grandes poetas.
Gabriele Morelli cree que es la cuarta o quinta vez que viene al país. hoy dicta la cátedra de lengua y literatura española en la universidad de bérgamo.
Gabriele Morelli acaba de pasar por Chile. Lo invitó la cátedra abierta Roberto Bolaño de la Universidad Diego Portales. Este académico italiano, testigo privilegiado de más de medio siglo del devenir literario hispanoamericano, zigzagueó entre Santiago y el litoral central: en la capital conferenció sobre las luces y sombras del asesinato de Federico García Lorca; en la costa pasó por Cartagena para presentar un volumen con los últimos poemas de Vicente Huidobro y luego llegó hasta Isla Negra, donde mostró una compilación de las cartas de amor de Pablo Neruda.
Cree que es la cuarta o quinta vez que viene a Chile. La primera vino a buscar material sobre Huidobro: el epistolario que mantuvo con los poetas españoles Gerardo Diego, Juan Larrea y Guillermo de Torre, todos de la llamada generación del 27. Esta vez, aparte de las presentaciones y la conferencia, también se lleva material de estudio, porque su curiosidad es inagotable.
Actual catedrático de Lengua y Literatura Española en la Universidad de Bérgamo, este Premio Cervantes a la Traducción puso de niño sus ojos en la poesía. "Estudié en Siena, en un colegio de jesuítas. Los estudios eran muy intensos y los profesores nos daban a veces mucha poesía para aprender de memoria, como punición", recuerda el profesor Morelli. Así entonces, castigos como memorizar cuatro octavas de la "Jerusalén liberada" de Tasso o largas tiradas de la "Divina Comedia", lo llevaron a amar la poesía. "A veces descuido muchas cosas personales, pero tengo una gran capacidad de memoria en cuanto concierne a la poesía. Si leo un texto y me gusta, casi lo aprendo de memoria", dice.
Nacido en Marche, ciudad costera frente al Mar Adriático y cercana a Recanati, "la patria de Giacomo Leopardi", añade él, partió de adolescente a Milán, donde se doctoró en la Universidad Boconni. "Hoy sólo imparte carreras de Economía y Comercio, en mi época incluso hubo una Facultad de Lenguas y Literaturas Extranjeras. Aquí descubrí la poesía de Neruda. Mi profesor Giuseppe Bellini fue un gran amigo del poeta y cuando pasaba por Milán se quedaba en nuestra universidad. Por allí pasaron además Jorge Luis Borges, Gabriel García Márquez y Miguel Ángel Asturias, entre otros".
-¿Por qué lo hispánico?
-Porque era la única lengua y literatura que no conocía. Tenía 18 años y conocía más o menos otras literaturas europeas, como la alemana, la francesa y sobre todo la rusa. Como joven curioso me dije: "Voy a estudiar lo que no conozco". Y más que una elección fue una vocación, como hacerme fraile, porque no veía ninguna perspectiva de trabajo. Esta elección, que parece ser fruto de un joven inexperto, en realidad fue mi vocación, me enriqueció y me hizo descubrir a grandes poetas.
La hermana de lorca
Su aproximación hacia Federico García Lorca (1898-1936) se dio luego de que terminara su tesis sobre el poeta Miguel Hernández (1910-1942), amigo de Neruda y que murió de tuberculosis luego de largas estadías en prisión. Conoció y frecuentó a la familia Lorca, especialmente a Isabel, la hermana del poeta, a quien le ha dedicado muchos estudios y libros. "Lorca es un poeta popular en Italia, un poco como Neruda. Aunque no seas hispanista, lo conoces. Tanto, que si uno dice Federico y hablamos de poetas, ya se sabe que es García Lorca", afirma Morelli.
Para junio próximo prepara un nuevo libro del que adelanta un par de episodios inéditos sobre el carácter del granadino: "En 1973, en Alicante, estaba con el poeta Germán Bleiberg, que me contó que fue alumno de Federico en La Barraca, ese grupo de teatro ambulante que tenía y con el que presentaba drama clásico y también obras de él por distintas ciudades de España. Recordó que habían montado la carpa en un baldío de Alicante y que habían llegado unos gitanos que asustaron a Federico. Imagínate la contradicción: Federico, el defensor de los gitanos, en cuanto vio que se reunían algunos temió que les fueran a robar y llegó a tal su inquietud que quería llamar a la Guardia Civil".
También exploró la trágica historia de su último amor que hace poco salió a la luz. Se trata de Juan Ramírez Lucas, quien murió en 2010 a los 94 años. Entre sus cosas se descubrió un poema y una carta que dan cuenta de su relación. "Habían proyectado hacer un viaje juntos a México, donde Juan trabajaría como actor junto a Margarita Xirgu, pero estalló la Guerra Civil y quedaron desconectados, Juan en Albacete y el poeta en Granada. Federico le escribe días antes de su asesinato esta carta desde Madrid. Juan tenía 17 años y nunca dio a conocer este amor al que su familia se opuso", cuenta el profesor Morelli.
El último huidobro
Este año se celebra el centenario del Creacionismo y Morelli espera que rescatemos la figura de Vicente Huidobro. "Es mi autor preferido, un gran poeta moderno y europeo que vivió en París al lado de todos los grandes artistas. Lástima que no es un poeta popular como Neruda, es un poeta de la vanguardia, y propone una poética difícil, de ruptura. Creo que no se lee como debería y Huidobro se lo merece, porque es un poeta moderno, que inventa un espacio verbal nuevo, una poesía en que las imágenes se relacionan no a través de su significado sino a través de elementos plásticos, surreales".
Sobre él, su más reciente publicación es "Vicente Huidobro. Poesía última, 1941-1948", que recoge sus dos últimas obras: "Ciudadano del olvido" y "Últimos poemas". "Creo que acá experimenta una poesía nueva, que se acerca al hombre que tiene adelante a la muerte. Es un poeta que ha participado en la Guerra Civil Española y en la Segunda Guerra Mundial como corresponsal, ha visto la tragedia, morir jóvenes y niños, es un poeta que se abre más al hermano y apela a él".
-¿Ya no es tan juguetón?
-Menos juguetón y menos cerebral, es una poesía más fraternal que va al encuentro del hombre y por eso es más profunda, el poeta se abre a la reflexión: la muerte de su madre, París ocupada por los nazis. Es un poeta que se ha retirado a Cartagena y reflexiona sobre su vida, sabe que no le queda mucho, tiene una herida de la guerra en la cabeza y muere bastante joven, a los 53 años.
neruda: cartas de amor
Gabriele Morelli frecuentó varias veces a Pablo Neruda en Milán. Lo conoció porque el poeta se interesó en su tesis sobre Miguel Hernández. "Me contó cómo era físicamente, un labrador con cara de patata, la cara de la tierra, y lo he visto conmoverse con el recuerdo de este amigo joven y puro", dice.
También recuerda cuando Neruda presentó en Europa el libro "Fin de mundo" y cómo los periodistas lo asediaban preguntándole sobre la figura de Stalin, ya que el vate había estado en el último Congreso Comunista de Moscú y se defendía diciendo: "Yo siempre estoy al lado de los pobres". Y también revive el momento cuando ganó el Nobel y la primera ciudad que visitó fue Milán, donde se presentó y leyó sus "Veinte poemas de amor". Recuerda que estaba sentado al lado de Matilde Urrutia, destinataria de muchos de esos poemas, a quien podía ver conmovida frente a la lectura de Neruda.
"Cartas de amor" es un libro que ha reunido todos los epistolarios con todas las mujeres que Neruda amó, a partir de Albertina Rozas Azócar, pasando por Matilde y Delia del Carril, que le llevaba 20 años, una mujer culta y rica que lo llevó al Partido Comunista.
-¿Cómo es el Neruda amante?
-Neruda amó mucho, Gabriel García Márquez ha dicho que era un hombre leal, pero no fiel, porque tuvo muchas relaciones, amó mucho a la mujer y a veces tuvo relaciones clandestinas. Su última experiencia importante es con Matilde, ella lo acompaña, lo protege en su época de enfermo. El amor es un tema que alimenta toda la poesía de Neruda. No se puede entender sin ver a la base este sentimiento. La mujer lo inspira continuamente, toda su vida ha estado acompañado por la presencia femenina, eso no se puede olvidar, es un sentimiento que está a la base de su poesía, es corpóreo. Es suficiente recordar el primer poema de los "Veinte poemas" que dice: "Cuerpo de mujer, blancas colinas…".
Por Amelia Carvallo
"Los profesores nos daban a veces mucha poesía para aprender de memoria, como punición".