El ajuste de cuentas de Lina Meruane contra los hijos
La escritora chilena acaba de ser premiada en España con el XV Premio Cálamo por "Fruta Podrida" y en Chile por "Volverse Palestina". Además, su ensayo "Contra los hijos" publicado en México, sacó ronchas entre las madres abnegadas del mundo. Esta entrevista partió en Facebook y terminó con un carteo desde Nueva York.
lina meruane vive en nueva york desde el año 2001.
Lina. Lina se llama su madre, Lina su abuela y Lina Meruane ella, una de las escritoras más importantes de la literatura contemporánea chilena y que vive en Nueva York desde el año 2001.
Su pluma desconcertante y atrevida acaba de recibir el XV Premio Cálamo a la "Otra Mirada 2015" por "Fruta podrida", obra re publicada por el sello Eterna Cadencia. El reconocimiento se suma al premio Anna Seghers que obtuvo en Berlín el año 2011 y al Sor Juana Inés de la Cruz por otro de sus libros: "Sangre en el ojo".
Lina, la "insoportablemente perfeccionista", como dice ella misma, además de escritora y periodista, es doctora en Literatura y hace clases a tiempo completo en la Universidad de Nueva York. Y viaja.
Un día está en Madrid y el otro, en Berlín. Entremedio, como ser humano de estos tiempos, postea en Facebook cosas simples como un retrato de su abuela Lina junto a su madre Lina, recibiendo esta última el título de médico cirujano. Esa madre marcó la escritura de Lina a fuego. A sangre.
"En mi casa se hablaba todo el tiempo de cuestiones médicas, de casos complicados que a mí siempre me resultaron apasionantes: cada caso era un misterio que el médico debía develar o diagnosticar, debía aplicar el remedio justo, cortar por el lugar indicado, y esperar a que el cuerpo respondiera de cierta manera. Pero no siempre era así. Había complicaciones, infecciones, caminos sin salida. Y hay también sorpresas. A mí me capturó completamente ese relato, me fascinó, se volvió para mí una suerte de lengua materna que desde chica entiendo muy bien. Hice de ese relato, que es el de la vida y de la muerte, parte de mi propia reflexión crítica y de mi experiencia literaria", explica.
Además de literatura Lina Meruane escribe no ficción. Polémico fue su ensayo "Contra los hijos" (Tumbona), pues sacudió algunas creencias incrustadas, como que las madres deben criar con la carita llena de risa, sin chistar, a pesar de la pausa que se pone (y se autoimpone) sobre sus vidas como mandato social.
-Siempre me ha interesado examinar las ideas cristalizadas de nuestra cultura, y la cuestión de los hijos estaba ahí, incuestionada. Yo misma soy una mujer sin hijos, o como dicen algunas pensadoras, libre de hijos, y por opción. Tengo una posición, pero, sobre todo, me intrigó observar que el lugar de los hijos había cambiado para las mujeres-madres de esta generación. Vi que ellas, a pesar de tener hoy más apoyo de sus parejas, estaban mucho más esclavizadas. Comparé el lugar de esas madres con el de la mía, que es profesional, que tuvo tres hijos, y comparé mi lugar de hija con el de los hijos de hoy. Algo se había trastornado en la idea de lo materno, y los hijos se habían vuelto clientes de sus progenitores. Escribí entonces a partir de esa intriga.
-Yo le dediqué ese ensayo a mi madre, fue ella quien me dijo, muy tempranamente, que una sólo debía tener hijos si quería tenerlos, no respondiendo a una presión social. Ese fue un acto de enorme generosidad de mi madre. Pero no hemos hablado del libro en cuestión, no solemos hablar de mi escritura, sino sobre cuestiones más alucinantes, como las cuestiones médicas en las que ella trabaja.
-No recuerdo haber soñado nunca con hijos… mi sueño recurrente siempre ha sido en situaciones dentro de ascensores que caen por un tubo, que se deslizan horizontalmente por los edificios, que salen disparados a través de los techos. Y a veces, sueños parecidos pero dentro de autos. Pero jamás niños, ni en sueños ni en pesadillas.
Otro de sus ensayos fue premiado por el Instituto de Cultura Chileno-Árabe el año pasado. "Volverse Palestina"(Literatura Random House. Barcelona, 2015) fue escrito como un cuaderno de anotaciones tras hurgar en sus propios orígenes de inmigrante palestina. Lina preguntó a sus tías y a su padre. Y cuando allí no encontró certezas, viajó a las tierras que sus abuelos abandonaron en busca de una nueva vida.
-¿Cómo armaste esa historia, tu propia historia?
-Retrocedí a los orígenes familiares en busca de un relato, pero quedaba muy poco de él porque la memoria está llena de olvidos e invenciones convenientes. Comprendí entonces que no se puede regresar al pasado en busca de certezas, que no se puede recuperar lo perdido, no exactamente lo que se perdió, porque eso, sobre todo en el caso palestino, ha sido destruido. Entonces, lo que me importó fue pensar el presente, comprometerme con lo que está sucediendo ahora, con lo que viven los otros que yo podría haber sido, ese es un desafío.
Y lo anotó así en el principio de su libro "Volverse Palestina": "Regresar. Ese es el verbo que me asalta cada vez que pienso en la posibilidad de Palestina. Me digo: no sería un volver sino apenas un visitar una tierra en la que nunca estuve, de la que no tengo ni una sola imagen propia. Lo palestino ha sido siempre para mí un rumor de fondo, un relato al que se acude".
Esta semana fue publicado en el periódico "La Vanguardia" un mapa con los escritores que viven en Nueva York. Allí, en la esquina superior izquierda está Lina Meruane. La acompañan Paul Auster, Valeria Luiselli, Sergio Chejfec y varios más. Entre todos arman una especie de Meca literaria.
-Escribo desde que me acuerdo: no lo puedo evitar. Y escribo en todos lados. Tomo notas en libretitas y hojas sueltas primero, aunque el texto mismo no lo escribo a mano, sino que va directo a la tecla; del cuerpo a la máquina.
-Trabajo en absoluto silencio, siempre.
-No miro por la ventana, tampoco. Escribo en un sillón, con la ventana a mis espaldas.
-No soy nada ritualista. No prendo velas, no hago ejercicios, no me visto de ninguna manera, no preparo comidas especiales ni me abstengo voluntariamente de nada (sólo me olvido de comer si estoy muy metida). Sí leo mucho mientras escribo, para no desnutrirme de las palabras.
-Por transmisión electrónica, diaria, pero dos veces al año voy a Chile de cuerpo presente y me quedo un buen rato capturando las señales y materialidades del entorno.
-Me preocupan las cuestiones políticas, las de la política universitaria que se ha vuelto complicada, y la de las políticas locales e internacionales. Estamos en un momento muy crítico, preocupante, y hace falta leer mucho para intentar entender cómo hemos llegado hasta acá.
-¿Te da miedo vivir en NYC?
-No soy miedosa, pero además creo que es importante no dejarse amedrentar por los discursos del terror. Los gobiernos manipulan a sus ciudadanos con el miedo para que cedan espacios de derechos democráticos necesarios para vivir en democracia.
-Evito ver la televisión, prefiero informarme por medios escritos que alteran menos y dan más perspectiva. Estamos en un momento muy jodido, y no se va a arreglar pronto, todas las posiciones se están radicalizando. Yo creo que las cosas se van a poner peor.
-Acababa de llegar a Nueva York, a hacer mi doctorado, y vivía muy al sur de Brooklyn. Recibí una llamada cuando iba saliendo a dar mis clases a la universidad. La ciudad se había paralizado y yo pasé el día, como miles de personas, frente a la televisión, hipnotizada por la caída incesante de las torres, pero también alertada, de inmediato, por la repetición de imágenes también incesantes de palestinos en plena celebración de quién sabe qué. La televisión estaba proponiendo la hipótesis de los que los terroristas eran palestinos, se estaba haciendo un juicio antes de tener evidencia. Eso significó que los árabes estadounidenses empezaron a ser acosados… esto lo cuento en mi libro, en cierta medida, esto me puso en un lado complicado de la vida neoyorquina.
-Regreso tanto a Chile, estoy tan al tanto de la producción literaria, teatral y del cine chileno, mantengo tantas conversaciones enjundiosas con gente de Chile o en Chile, que a ratos tengo la impresión de que nunca me fui, de que nomás vivo en un suburbio llamado Nueva York.
-¿Cuántos combos recibiste devuelta por irte "Contra los hijos"?
-¿Qué dijo tu madre, al leer tu ensayo?
-¿Y nunca-nunca soñaste con hijos?
VOLVERSE PALESTINA
ESCRITURA Y CUERPO
-Anótame un pedazo de tu diario de vida en NYC.
-Mis días no son todos iguales. Ayer enseñé seis horas de clase, tuve reuniones con estudiantes y en eso se me fue el día. Asi son dos días de la semana, luego hay otros dos de preparación de clases y de resolver infinitas cuestiones académicas. Y luego hay dos de escritura y uno, o medio día, de descanso.
-¿Por qué escribes?, ¿cómo escribes?, ¿cómo usas tu cuerpo en la escritura?
-¿Qué música estás escuchando mientras escribes?
-¿Qué ves por la ventana?
-¿Qué comes? ¿Qué no comes cuando escribes?
-¿Y cómo te alimentas de Chile?
-¿Qué te preocupa, qué te entusiasma?
-¿Qué piensas cuando ves atentados -como el reciente de Bruselas- por la tele?
-¿Dónde estabas para el 11 de septiembre, qué te pasó?
-¿Por qué ya no regresaste de Nueva York a Chile?