El Libro de la selva
Grata, sorprendente, brillante en lo visual, esta película del director John Favreau (antes responsable de 'Iron Man') es, no solo una grata sorpresa técnica por la calidad de su trabajo digital en dar vida a los animales que pueblan la historia, sino porque revela cómo el cine puede reciclar un clásico absoluto sin alterar su esencia. Porque nadie olvida que antes de esta muy inteligente recreación de "El Libro de la selva" de Rudyard Kipling, hubo un filme animado de la misma compañía Disney en 1967, con el mismo título, dirigido entonces por
Wolfgang Reitherman.
Soberbia, lo primero que destaca es que se trata de una aventura que mezcla con inteligencia, la densidad del discurso propuesto por Kipling en su texto con el toque de ligereza y se apoya en un trabajo visualmente sorprendente, que algunos han llegado a comparar con lo logrado en el diseño hiperrealista de 'Avatar', lo cual no es un piropo menor.
La pelicula alcanza tal fascinación que, a veces, nos llegamos a olvidar que detrás existe un mundo digitalizado, creado, ficticio. Porque la selva está allí, con sus colores, formas y sinuosidades para revelarse como un espectáculo de tensión y maravillas. La secuencia en el palacio del Rey Louie, por ejemplo, es un ejemplo del dominio alcanzado en este sentido, con notable ritmo y suspenso.
Es, en efecto, un filme de excepcional belleza en lo visual, en la construcción de los escenarios digitalizados, que cortan el aliento cuando se los ve en la pantalla grande. Y recalcamos esto, porque "El libro de la selva" -como debe ser toda aventura de esta naturaleza- es un viaje donde cada escena se siente realizada con tal prolijidad que da cuenta del poder que tiene el cine para la fascinación y el entretenimiento.
Se trata de una hermosa actualización digital del clásico animado de Disney que, como un guiño a la nostalgia, mantiene las canciones y la diversión que transformaron a la película de 1967 en un clásico instantáneo. Y ésta, la de 2016, le rinde un claro homenaje y sale ganando con la aplicación de la tecnología que es apabullante en su creación de la selva y sus personajes.
Luego de ser abandonado en la selva, una familia de lobos se hace cargo y cría como a uno de los suyos al "cachorro humano" Mowgli (Neel Sethi), a pedido de la generosa pantera Bagheera. Así, el pequeño Mowgli convive con todos los animales y logra enfrentarse a la selva y sus peligros, pero ese equilibrio se quiebra con la aparición del peligroso tigre Shere Khan, porque recuerda a todos que el joven Mowgli se está convirtiendo en un hombre, lo que es sinónimo de inestabilidad entre los animales.
La causa de su rabia se conoce en una inquietante secuencia del filme -la del encuentro de Mowgli con la serpiente Kaa- cuando ella le revela que el tigre quedó resentido por las heridas que le ocasionó un hombre, el padre de Mowgli, y por eso ha prometido eliminar a todos los seres humanos de la selva.
Obligado a dejar su manada, Mowgli deberá entonces abandonar el único hogar que ha conocido y emprender un fascinante viaje de madurez, para buscar a los suyos y sus raíces, acompañado de la siempre fiel pantera Bagheera y el risueño oso Baloo.
Los adultos y los niños están destinados a maravillarse con este filme. Los primeros, porque apreciarán la crudeza del relato, la lucha magnífica del protagonista por encontrar sus raíces y su identidad. Los niños, porque serán parte de un viaje fascinante que les enseña cuán grande y necesario es el cine como espectáculo audiovisual.
El filme adquiere, de este modo, grandeza y emoción, sobre todo porque combina acción real con escenarios fotográficos realistas y animales generados por ordenador, que demuestra el pulso de la industria animada Disney.
Escrita por Justin Marks, tiene como protagonista al joven debutante Neel Sethi en el papel de Mowgli, y las voces en la versión original de los actores Bill Murray como Baloo, Ben Kingsley como Bagheera, Idris Elba como Shere Khan, Scarlett Johansson como Kaa, Christopher Walken como el siniestro rey mono Louie, Lupita Nyong'o como la loba Raksha y Giancarlo Esposito como Akela, el líder de la manada de los lobos y padre adoptivo del pequeño.
En síntesis, el director Jon Favreau logró situar esta nueva versión del clásico de la animación de 1967, en un viaje exquisito por los sentidos, haciendo que los espectadores se vuelvan a encantar con la historia del 'cachorro de hombre', demostrando que no todo está perdido en el seno de la industria estadounidense.
Victor Bórquez
Escritor, docente y
comentarista de cine