El mejoramiento de los sistemas de comunicaciones de emergencia se transformó en una de las grandes deudas de Onemi y el Gobierno Regional.
En efecto, durante los últimos cinco años, tres proyectos intentaron corregir falencias críticas en este importante campo de la protección civil, pero ninguno llegó a puerto, situación que claramente afecta las capacidades para reaccionar en caso de una urgencia.
En mayo de 2011 el Core aprobó $527 millones para la compra de equipos de radio, teléfonos satelitales y dos repetidoras para las comunas de Taltal y Sierra Gorda.
La iniciativa tras una larga postergación por razones administrativas, terminó siendo retirada en 2013 debido a que en el camino se produjo un cambio de norma (de análoga se pasó digital), frustrándose así el primer intento por responder a esta necesidad.
Ya en 2014 Onemi anunció un segundo proyecto, más grande que el anterior, surgido luego de varios meses de trabajo conjunto con técnicos del nivel central, el cual apuntaba a normalizar totalmente el tema de las comunicaciones.
Según se informó en aquella ocasión, el proyecto, avaluado en $1.700 millones, contemplaba la instalación de repetidoras, la compra de teléfonos satelitales y una importante inversión en equipos de radio para solucionar el problema de las "zonas de silencio" que existen en la región.
La iniciativa, sin embargo, topó con nuevas dificultades técnicas y de formulación, terminando abandonada y sin mayores registros que los consignados en la prensa.
Atraso
De esta forma se llega a febrero de 2015, fecha en que el Core nuevamente aprueba un proyecto en esta área, aunque de mucho menor envergadura que los conocidos años antes.
Se trataba de la compra de 40 teléfonos satelitales por un monto de $88 millones, equipos que serían distribuidos entre organismos de emergencias y servicios públicos.
Esta última iniciativa, pese a representar apenas una fracción de las anteriores, ya cumplió catorce meses con recursos aprobados, pero sin que el Gobierno Regional formalice el llamado a licitación para la adquisición de los equipos.
Estado
Aunque en Onemi afirman que la región cuenta con sistemas de comunicaciones que funcionarían en caso de emergencias, hay quienes piensan que el sistema tiene brechas.
Gabriel Quezada, exdirector de Onemi y actual consultor en temas de seguridad, explicó que las postergaciones que han sufrido los proyectos, sumadas a robos, deterioro de equipos y problemas de mantenciones, sitúan a la región en un escenario complejo.
Quezada explicó que hoy el 60% del territorio local carece de comunicación radial debido a la falta de estaciones repetidoras, lo que dificultaría hacer diagnósticos oportunos y coordinar ayuda en caso de de una emergencia.
En estas zonas de silencio, comentó, existen caletas de pescadores, poblados del interior y varias carreteras.
Si bien en los últimos años se han realizado inversiones para establecer conexión celular en algunas de estas zonas (por ejemplo carreteras), aquella red colapsa en caso de emergencia y por tanto para Quezada "no es confiable".
El actual director de Onemi, Ricardo Munizaga, explicó que las zonas de silencio efectivamente son una preocupación para el organismo, y es por eso que ya se trabaja en un nuevo levantamiento para determinar dónde están y cómo solucionar el problema.
Munizaga afirmó que el sistema de comunicaciones trabaja en distintos niveles (VHF, UHF, satelital, telefonía normal, etc.), y si bien siempre puede potenciarse, ofrece garantías de suficientes.
Consejeros revisarán proyectos
Los consejeros regionales Luis Caprioglio y Silvia Soto se declararon preocupados por las demoras que enfrenta el proyecto de comunicaciones, que -explicaron- sería muy necesario en caso que se repitieran las lluvias del año pasado. Caprioglio dijo que el asunto incluso podría ameritar un cambio en la unidad técnica (Gobierno Regional) y una revisión de los procesos de formulación que realiza la Onemi. Silvia Soto, en tanto, manifestó que la Comisión de Sociedad Civil está haciendo una revisión de los proyectos atrasados, entre los cuales incluyó la habilitación de diez albergues por parte del municipio.