Erróneas políticas culturales
¡La función de las artes también es educar… que duda cabe!
Las artes no deben ser vistas como una forma de entretención banal, pasajera, desechable, prescindible y de escaso valor trascendental, como muchos la perciben hoy.
El arte tiene un rol superior y por eso está llamado a constituirse en un agente educativo sociocultural eficaz, por tanto, debe inscribirse en una lógica comunicacional de índole persuasiva.
Por medio de las artes se pueden instalar discursos emotivos y verosímiles para dar cuenta de una realidad que se debe cambiar en beneficio de la ciudadanía, como por ejemplo, hacer que la población aprenda a valorar el patrimonio cultural propio, ya que aquello es hoy ampliamente aceptado por los estados como la única forma de marchar hacia un desarrollo sostenible.
Pese a los altisonantes discursos y slogans que promueven algunas organizaciones culturales públicas y privadas, estas no se enfocan en otorgar a las artes un valor trascendente. Vemos con decepción como se dejan dominar por las estadísticas,…. ¡mientras más eventos realizan mejor¡, ¡mientras más publico mejor¡, ¡mientras más dinero invertido mejor!, sin jamás hacerse la pregunta… ¿estamos realmente aportando al crecimiento de nuestra sociedad?.
Vemos como la gestión hecha por las organizaciones culturales se inmoviliza en la autocomplacencia de las estadísticas, solazándose al contemplar, al final del período, sus metas numéricas alcanzadas, sin analizar nada más… ¡pero cuidado… son solo números! y los números pueden ser engañosos.
Hoy se requiere un cambio en el enfoque de las políticas culturales, para poner énfasis en que la función de las artes, más que entretener, es educar en valores, es decir ¡formar ciudadanos mejores¡.
Medir el verdadero aporte que la acción artístico-cultural hace a la comunidad es una tarea compleja, que se debe realizar por medio de especialistas en investigación cualitativa y con la ayuda de herramientas científicamente validadas, el resto es solo discurso sin base real.
De nada sirve invertir millones de pesos en coloridos eventos masivos, si después queda la sensación de que el crecimiento intelectual y cultural de la comunidad sigue exactamente igual que antes.
El enfoque de las políticas culturales públicas y privadas debe cambiar para salir del entrampamiento en que se encuentran hoy. Para las autoridades que vendrán será un desafío enorme, que más temprano que tarde tendrán que asumir.
Artista
Mario Vernal Duarte