Patricio Aylwin
Los medios de comunicación no se han equivocado al dedicarle una gran extensión en tiempo y espacio a la figura de Patricio Aylwin Azócar. El exPresidente sintonizó admirablemente con una porción importante -a veces mayoritaria- de los chilenos.
¿Por qué? Porque Patricio Aylwin tenía tres condiciones -no son virtudes, ciertamente- que iban y venían desde lo nacional a lo personal, en flujos de ida y vuelta que se potenciaban.
Por una parte, su carácter sensible -sensiblero, a veces- que prefería una dulzura de tono, una placidez de mirada, condiciones tan propias de esos segmentos nacionales que no osan levantar la voz, no miran de frente, no marcan el ritmo ni jamás interrumpen.
Por otra, su infinita capacidad para adaptarse, en palabras y hechos, a las mareas del acontecer nacional. Aylwin asimiló perfectamente esa alma de taxista que tienen tantos chilenos: si el pasajero no está de acuerdo conmigo, yo, el que maneja, me pongo rápidamente del lado del pasajero.
Y, en tercer lugar, su religiosidad media. En un Chile de crecientes críticas a la religión institucionalizada, nada mejor que un liderazgo más parecido a la filantropía que a la creencia.
Son tres vetas para que sus biógrafos se animen a estudiarlo mucho más como un político que como un estadista.
Gonzalo Rojas Sánchez
Reclamo y solución
Deseo manifestar respecto a la carta enviada por los problemas ocasionados por máquina expendedora de productos de vendomática, que en el día de hoy se acercaron a mí en el hospital en una reunión programada para darle solución.
Aclaré que mi reclamo no fue por mi dinero perdido ( que fue igual depositado), sino por la gente de escasos recursos que va por un cafecito o chocolate caliente de madrugada mientras esperan atención para familiares; y que las medidas indicadas para su devolución fracasaran.
La jefatura de vendomática manifestó su preocupación y se comprometió a darle solución, y … devolver el dinero a aquellas personas que se vieran perjudicadas por la situación
Dr. Paulino Guerra A.
Andrónico Luksic I
El Sr. Luksic salió de su retiro para defender su "honorabilidad" por los dichos vertidos en su contra por el diputado Sr. Gaspar Rivas, pero no es capaz de referirse a los miles de antofagastinos contaminados por una de sus empresas.
Obviamente para el cuenta más sentirse ofendido que ofender a una ciudad.
Ronald Pizarro A.
Andrónico Luksic II
Con estupor, impotencia y vergüenza leí las declaraciones del "honorable diputado Rivas" (ignoro su militancia y no me interesa) respecto al Sr. Luksic. No pretendo asumir la defensa de este caballero, pero sí manifestar mi repudio por los calificativos de ese energúmeno, que se escuda en la impunidad que le permite su calidad de diputado, para denostar y proferir canalladas contra la gente decente, que puede ser cualquiera de nosotros.
Es increíble la baja calaña de algunos sujetos que llegan al Congreso (por elección popular) y que le siguen haciendo un flaco favor a la clase política ya harto desprestigiada.
Jorge Fowler M.
Plaza de Los Eventos
Quiero comunicar a la autoridad que corresponda, lo peligroso que se ha tornado la Plaza de los Eventos, cuando llega la tarde. En mi querida Antofagasta tenemos tan poco lugares públicos de esparcimientos para compartir con la familia y los pocos dejan mucho que desear. El sábado salimos con mi familia a recrearnos en bicicleta en el lugar (sector Salvador Allende/ Pérez Zujovic), pero es un refugio para delincuentes, drogadictos y para beber alcohol. Ya que se encuentra con tan poca iluminación y cada ciertos metros nos pedían dinero incluso salieron dos personajes que nos abordaron pidiendo dinero con mucha insistencia y decidimos irnos del lugar por nuestra seguridad. Le pediría a nuestras autoridades colocar más iluminación en esa abandonada plaza y que pasara de vez en cuando vigilancia municipal o de Carabineros. Para así no lamentar malos ratos o asaltos.
Raúl Núñez Contreras
Pablo Neruda
Con mucho respeto y con mucha altura de mira, como se lo merece Pablo Neruda, éste es el cuarto funeral que se le hace. Por favor, los difuntos merecen todo el respeto, dejen que su cuerpo descanse en paz... están utilizando al pueblo, este pueblo que los políticos han maltratado siempre.
Ayer fue Salvador Allende, hoy Pablo Neruda ¿quién será mañana? Es un aprovechamiento político.
Paren el circo.
Américo Ahumada Martínez