Son pocos los escritores chilenos que tienen el mar como referencia fundante de su relato. Recuerdo a Francisco Coloane, al que tuve la suerte de conocer en un matrimonio de un amigo en Chacao. Los otros son Enrique Bunster y Salvador Reyes. En este tema puedo ser corregido, porque no lo conozco en profundidad. Aún así, esta evidencia es insólita desde el punto de vista territorial. Una amiga francesa que es navegante, de Bretaña, y que tiene un hermoso proyecto para enseñar a navegar a los niños, me comentaba que le extrañaba muchísimo que en Chile no existiera una cultura navegante más asentada, con la costa que tenemos. Desde el punto de vista educativo y cultural es impresentable que Chile no tenga una relación más íntima con su borde costero y con su océano. El país no está abierto a eso a nivel educativo, por ejemplo. Es de élite hacer vela o practicar surf. Para mí que he vivido casi toda mi vida cerca del mar es odioso ver las caletas pesqueras reducidas a la pobreza, cuando debieran ser espacios pujantes de desarrollo humano y cultural. Vi el otro día un documental sobre el cierre de la Caleta Sudamericana, la última que quedaba en la zona portuaria de Valpo, que fue erradicada por culpa de la expansión portuaria. El Chile institucional siente una perversa fascinación por destruir su vida ancestral o sus tradiciones populares, las que por otro lado afirma, esquizofrénicamente, como decorado festivo, como cuando se publicita mediáticamente el veraneo playero. Yo cuando fui un patético profesor, solía hacer clases en colegios que, irremediablemente tenían vista al mar. Sólo se acordaban de él los 21 de mayo y ahí los protocolos pedagógicos eran patéticos. El mar como experiencia efectiva estaba vedado. Las autoridades educativas jamás lo tuvieron como eje pedagógico, por último para ver las ciudades costeras desde una embarcación. Más aún, mis alumnos, hijos de pescadores eran formados para no dedicarse a nada que tuviera que ver con la faena pesquera. Siempre imaginé que nuestros alumnos del borde costero debieran hacer deportes náuticos, incluido el surf, y contar con un imaginario marítimo más amplio. Lo mismo podemos decir de la montaña. La estúpida y fracasada educación chilena no ha sido capaz de dar cuenta de todo esto, más aún, no ha querido hacerse cargo del territorio, porque conceptualizó el tema unilateralmente, con arcaísmos ideológicamente determinados. La clase dirigente es de malísima calidad y apenas fue capaz de promover un profesionalismo burdo. ¿Hay alguna duda al respecto? Yo he vivido en varios rincones de Chile y he experimentado el desprecio estructural de la educación chilena con su gente más pobre, tratando de educarlos como si todos vivieran en Santiago. Si un chico o chica llega a su colegio en bote o a caballo, o en bicicleta, o caminando, que era el caso de algunos de mis alumnos, cómo no incorporar eso a su trabajo en el aprendizaje. Aprender es algo más que las operaciones básicas y la lectura tradicional. Una buena lectura, más allá de lo alfabético, pasa por clasificar los árboles de la zona en que se habita y los pájaros (y la fauna y la flora), y los peces, y los moluscos, y las algas, y las formas de vida. Y también la historia de su poblamiento. Yo hice clases en un colegio que estaba en la desembocadura del Maipo, sobre un cementerio de un pueblo originario, todo por ahí era zona arqueológica y, además, área de memoria histórica (estuvo ahí el campo de prisioneros de Tejas Verdes). Y ya estamos en el área de los otros saberes, y eso no puede ser meramente anecdótico, debe formar parte de la formación estructural de nuestra gente. Todo el aprendizaje involucrado en un bosque, en un paseo por la playa, o en una jornada de pesca en bote, pensado en términos de una pedagogía distinta, es un acontecimiento. La educación de pizarrón o de data, incluso la información perturbada y distorsionante de un aparato celular en manos de un adolescente, no supera la calidad de la experiencia genuina del mundo.
POR Marcelo Mellado*
* Escritor y profesor de Castellano. Es autor de "La batalla de Placilla"