Seis años han pasado desde la publicación del decreto que otorgó a Autopistas de Antofagasta la responsabilidad de construir, administrar y explotar las carreteras de la provincia, y es por eso que en el MOP ya se habla de una concesión "madura".
Esto, porque habiendo transcurrido el 29% del plazo de contrato (72 de 245 meses), la primera experiencia de concesión vial en el extremo norte comienza a mostrar números definitivos, lo que resulta relevante considerando los planes de extender este mecanismo a otras rutas en la zona.
Según información entregada por el MOP, a la fecha por los peajes que explota la concesionaria en las rutas 5 y 1, además del ubicado en la salida del aeropuerto Andrés Sabella, han circulado 17.385.551 vehículos, con un promedio 445.783 mensuales.
Tales flujos significaron para la sociedad concesionaria ingresos por 2.389.891 UF, cifra que se incrementa a un ritmo de 61.279 UF cada mes.
Considerando que la inversión total comprometida en la obra ascendió a 7.750.000 UF, podría hablarse de un retorno del 30,8% transcurrido menos de un tercio de la concesión, sin embargo hay otros aspectos que ponderar.
Según explica el MOP, en el contrato se establece que el 20% de los ingresos de la concesión debe destinarse a gastos de mantenimiento de las rutas. De esta manera, del total recaudado por concepto de peaje, 477.978 UF se habrían empleado en conservación de la infraestructura, dejando un saldo de 1.911.913 UF.
Dicho saldo, al cual aún habría que descontarle los gastos operacionales y administrativos, equivale al 24,6% de lo invertido por la sociedad.
Análisis
En el ministerio y la concesionaria tienen distintas opiniones sobre los resultados que arroja la concesión vial.
El seremi César Benítez asegura que el proyecto muestra buenos indicadores que se irán acentuando en el tiempo y que, vistos en perspectiva, fortalecen la idea de extender el sistema a otras rutas.
Según Benítez, es necesario tener en cuenta que en Antofagasta el primero de los peajes comenzó a explotarse en diciembre de 2012, y no fue sino hasta enero de 2015 que se otorgó la puesta en servicio definitiva a todo el proyecto.
Por ende, aclara, en la práctica la concesión lleva generando ingresos menos tiempo del que indican los números.
"Creemos que si hacemos un balance real, el resultado entrega un justo equilibrio entre la inversión realizada, la rentabilidad para el privado y los costos para el usuario", afirmó el seremi.
Gerente
Por su parte, el gerente general de Autopistas de Antofagasta, Emilio Ortiz, manifestó que los resultados de la concesión deben verse a largo plazo y que de momento, si bien los rangos están dentro de lo previsto, es pronto para calcular los beneficios finales.
Ortiz apuntó que la estructura de costos de una autopista implica gastos más complejos que sólo restar las mantenciones a los ingresos por peaje.
Detalló, por ejemplo, la obligación de devolver a los bancos el capital que prestaron con sus intereses respectivos, pues la mayor parte de la inversión realizada proviene de la banca.
A ello sumó las remuneraciones del personal (administrativo, de ruta, peajistas, de rescate y emergencia), la compra de suministros básicos y materiales para la concesión, entre otros, lo que claramente reduce los retornos.
"Por ser un proyecto a largo plazo, los balances serán negativos por muchos años y los beneficios, se verán más cerca del final de la concesión, y eso es lo que esperamos a futuro", precisó el ejecutivo.
Minería
La fuerte baja que está teniendo la actividad minera en la zona, es un factor que nubla las proyecciones de la concesión.
Hay que precisar que según datos del MOP, el 65% de lo recaudado en peajes corresponde a camiones de más de dos ejes y sólo un 20% a vehículos de menor tamaño.
Para César Benítez, las expectativas de retorno futuro que ofrece la autopista continúan siendo positivas, tal como indican los números, que en efecto van al alza.
"Nuestro análisis es que sin perjuicio de los vaivenes de la economía por el momento del cobre, los flujos están aumentando, situándose muy por sobre los rangos mínimos de rentabilidad", apuntó.
En relación a lo mismo, Emilio Ortiz, manifestó que la actividad minera es muy influyente y que si ella decae, todos los rubros se verán afectados, incluyendo a la concesión.
Lo positivo, apuntó el ejecutivo, es que se observa un repunte de otros sectores económicos importantes, como el energético, que genera movimientos en las rutas que contribuyen a aminorar el efecto de la minería.