"Los cruzados españoles"
Alberto
Peccio
comentarista
deportivo
Como sucedió en el siglo XI en que los caballeros y sus órdenes hicieron campañas militares en defensa del cristianismo y el Santo Sepulcro, el sábado dos ejércitos deportivos se citaban en la capital de la Lombardía italiana, en la ciudad de la moda, en Milán. Son los modernos caballeros españoles del Real Madrid y Atlético de Madrid.
La ciudad italiana fue testigo directo de una magna justa deportiva. No iban en son de guerra, sino en busca de la gloria deportiva que es la Champions League. Para los "colchoneros" de Simeone era la segunda oportunidad de ganarla, ya que en la final de Lisboa 2014, con los mismos protagonistas, el Madrid les arrebató la alegría. Para los "merengues" del Real sería la undécima.
Ha sido el enfrentamiento entre la tradición ganadora del Madrid y la capacidad de sufrimiento del Atlético. Se habló español en Milán, ya que 40 mil hinchas (todos con entradas) de ambos conjuntos se desplazaron para agitar las bufandas, banderas y silbatos. Los cánticos se confundían, pero que importaba, ha sido una gran fiesta deportiva.
El primer tiempo fue de dominio merengue, el Atlético no se encontraba cómodo, no realizaba el juego al que nos tiene acostumbrado, producto del cuál el Madrid se fue al descanso ganando 1 a 0 con un gol de Sergio Ramos. El segundo tiempo el Atlético del Cholo Simeone arrancó con mucha fuerza forzando un penal que fue repelido por el palo de la portería defendida por Keylor Navas.
Allí empezaba otro partido. ¿Sería capaz el Atlético de rehacerse anímicamente de ese fallo? Y en este caso toma protagonismo el entrenador. Simeone ha dotado a este equipo de una fuerza anímica a prueba de balas. El argentino es un motivador nato, es un líder en el amplio sentido de la palabra. Y aparece Carrasco, ese belga de apellido español y empata el partido. Pero el match se vá a la prórroga y se prolonga a los penales. Y esto sí que es una lotería.
Muchas veces injusta, pero debe de haber un ganador. Y Juanfran falla para el Atlético y Ronaldo acierta y el Real gana 5 a 3 en la tanda de penales. Como en su día comentó Di Stéfano "Las finales no se juegan, se ganan".