Sesenta años de labor ininterrumpida al servicio de Antofagasta y el Norte Grande cumple la Universidad Católica del Norte; es indudable que el plantel de educación superior está ligado íntimamente a la zona, considerando su enorme y relevante aporte para el desarrollo de nuestra tierra.
Tiene razón el rector Jorge Tabilo Álvarez al declarar que la UCN es un referente cada vez más reconocido a nivel regional y nacional, lo que se ha cumplido desde el primer minuto de vida. El plantel permite que nuestros jóvenes se queden en la ciudad y no emigren, tal como ocurría antes, cuando las opciones para seguir estudiando estaban en Santiago, Valparaíso o Concepción.
Hoy Antofagasta ofrece alternativas para unos 30 mil educandos repartidos en distintas casas de estudio, cifra que seguirá incrementándose en el tiempo, conforme el crecimiento de la ciudad y la región sigan cimentándose.
Al tiempo, es evidente que la UCN ha alcanzado un grado de complejización que la ubica entre las principales instituciones de educación superior del país. Es por ello que todos confiamos en que lo anterior redundará en consolidar su posicionamiento en Chile y en concierto del cono sur americano.
Ello ha sido posible gracias a sus autoridades, alumnos, personal paradocente y académicos, muchos de los cuales son destacados intelectuales de renombre internacional: Lautaro Núñez, Guillermo Chong, Andrés Sabella, José Antonio González, Carlos Espinosa, sólo por nombrar algunos.
A ellos debe sumarse la impronta del gran canciller y arzobispo de Antofagasta, Pablo Lizama, un hombre ejemplar para nuestra zona.
No cabe duda que podemos seguir esperando mucho del plantel, y del resto de casas de nuestra capital regional. Hablamos de algo muy superior al número final de egresados. Confiamos y exigimos su participación pública permanente en los debates de interés y en la creación y puesta en práctica de los valores propios de la universidad.
De esta forma, podremos saltar mucho más rápido al anhelado tránsito del verdadero desarrollo.