A orillas del Silala, alcalde de Calama invitó a canciller y parlamentarios a visitar el lugar
FRONTERA. Esteban Velásquez reiteró al gobierno que aclare para qué intereses se defienden estas aguas.
Llegar hasta el hito en el que las aguas del río Silala, o Siloli, ingresan a territorio chileno justo en la frontera con Bolivia, no es fácil.
Más de tres horas de viaje desde Calama, por un camino en su mayoría de tierra, lleno de curvas y pendientes que sólo se compensan con el hermoso e incomparable paisaje tan característico de la zona cordillerana de la región.
A eso hay que sumarle las gélidas temperaturas, los vientos que sobrepasan los 100 kilómetros por hora y los síntomas que el cuerpo experimenta al estar a 4 mil 200 metros de altura.
Aún así el alcalde de Calama, Esteban Velásquez junto a su comitiva decidió acudir, por segunda vez durante este año, a este lugar donde aprovechó la instancia para invitar al canciller Heraldo Muñoz y a los parlamentarios, que integran las comisiones de Relaciones Exteriores de ambas cámaras, a que visiten el río Silala y conozcan en terreno cuál es la realidad.
Esta visita y también la invitación fueron hechas por el alcalde Velásquez en el marco del anuncio de la demanda que el gobierno de Chile realizará ante La Haya, por el derecho de uso de las aguas de este río internacional.
"Deben ser muy escasos los parlamentarios y los integrantes del Poder Ejecutivo que conocen la realidad. Algunos me parece que están trabajando desde sus escritorios y no del conocimiento cabal de lo que implica estar en esta zona", comentó el edil loíno.
Velásquez agregó que espera que la eventual visita de las autoridades al Silala no sea algo protocolar sino más bien "con el ánimo de modificar marcos que hoy día regulan de mala manera y permiten que el agua se comercialice como cualquier mercancía, como un par de zapatos", dijo.
Uso
Las aguas que fluyen por el Silala, en su paso por Chile, son en su mayoría utilizadas por la Empresa de Ferrocarriles Antofagasta - Bolivia (FACB), quienes la encausan a través de una tubería que recorre la comuna de Calama.
Desde que uno llega al sector, ya sea desde lado chileno como boliviano, son varias las advertencias y señales que nos aclaran que esa agua es privada y tiene dueño.
Una de ellas son dos letreros, justo al ingreso a Chile, uno que prohíbe pasar y otro que dice que es un recinto privado.
En ese mismo lugar se encuentra una especie de piscina donde comienza la captación de agua para luego derivarla a las tuberías.
Eso sí, no toda el agua va por los ductos, pues en el recorrido también es posible apreciar el paso del río por el cauce natural e incluso visualizar la presencia de truchas.
Otra de las señales está a casi un kilómetro de distancia de la frontera, al transitar por el lado chileno. Allí una barrera de acero que está bloqueada con un candado, cierra el paso de los vehículos que quieran llegar hasta el hito fronterizo.
Solo hay dos copias de la llave que abre el candado, una en manos de Victorino, el único residente del lugar que trabaja para el FCAB como cuidador y la otra a cargo de carabineros de la Prefectura El Loa.
"Queremos sensibilizar la demanda misma del gobierno, ir más allá", explicó el alcalde quien además comentó que tanto el Gobierno como la Cancillería debieran cambiar el enfoque.
Al respecto complementó que, junto con respaldar plenamente la decisión de la Presidenta Michelle Bachelet, con su demanda para definir que el Silala es un río internacional "insistimos que estos intereses se defiendan para todos los ciudadanos del norte de Chile donde clamamos por cada gota de agua que hay en el desierto, pero que hoy está siendo entregada a las empresas mineras".
Velásquez también hizo una invitación a la Mandataria para que esta demanda sea una oportunidad para que "tenga una mirada superior" y que lidere cambios sustanciales al interior del país "eso tiene que ver con que se regule para que se recupere el agua se reformule el código de agua y por qué no, renacionalizar el recurso hídrico que estamos defendiendo con bastante fuerza".
"Clamamos unas mil veces que esta agua dulce que hoy defendemos sea para los ciudadanos y ya no mas tratada como mercancía".
Esteban Velásquez, Alcalde