Incesante traslado de votantes a la comuna de Sierra Gorda
PROCESO. Cientos de personas están fijando domicilio electoral en la localidad vecina, aprovechando que la ley sólo exige un "vínculo objetivo".
A pocas horas que termine el plazo legal para los cambios de domicilio electoral, aumenta la cantidad de público que realiza este trámite en las oficinas locales del Servel, y siempre con el mismo indicador común: la gran mayoría de los traslados son a la comuna de Sierra Gorda.
De las 17 personas que al mediodía del martes aguardaban atención a las afueras del local ubicado en el quinto piso del edificio Sucre, 15 reconocieron a este Diario que planeaban hacerlo a la desértica comuna. Las únicas excepciones la constituían dos mujeres de edad avanzada que actualizaban su domicilio en Antofagasta para poder votar en lugar más cercano a sus hogares.
Padrones
Lo que sucede en Sierra Gorda es sin duda llamativo.
La comuna, que agrupa a las localidades de Baquedano y Sierra Gorda, siempre ha tenido padrones electorales que superan por mucho a su número de habitantes, situación que históricamente ha nublado sus procesos democráticos.
El fenómeno hizo crisis en 2008, cuando presentaciones hechas ante el Tribunal Electoral Regional (TER) por un concejal y organizaciones sociales gatillaron la anulación del proceso, no una, sino dos veces, aunque en la última de estas ocasiones hubo un fallo superior que lo declaró válido.
Los dos fallos del TER tuvieron el mismo argumento.
La inscripción masiva de electores sin domicilio real en la comuna ("acarreo") provocó una "grave distorsión en la expresión de la voluntad ciudadana, impidiendo que ésta se expresara en los términos libres y fidedignos que la institucionalidad exige".
Aquella vez la anulación del proceso fue acompañada de la impugnación de cientos de domicilios ante los tribunales de justicia y una investigación del Ministerio Público por posible delito de cohecho (archivada dos años más tarde).
Después del escándalo de 2008, la ley electoral cambió. Se eliminaron las juntas inscriptoras y todos los mayores de 18 años pasaron a estar inscritos automáticamente en su último domicilio registrado.
Se habló entonces del fin de los "acarreos", pero lo cierto es que aquello no ocurrió.
"La ley no sirvió de nada, los acarreos existen, sólo se llaman de otra forma", indica Lina Richards, una comerciante radicada hace 27 años en la localidad de Baquedano.
La vecina, exsuperintendenta de Bomberos de Sierra Gorda, explica que habitantes de otras comunas siguen estableciendo su domicilio electoral en la localidad, sin tener relación efectiva con el pueblo.
"Para qué vamos a votar si nuestro voto no vale nada. Ellos el día de la elección llegan en micros y no les interesa lo que pasa después", señala.
La ley de elecciones establece que el domicilio electoral no se requiere residencia efectiva. De hecho, sólo es necesario poseer un "vínculo objetivo" con el lugar, que puede ser laboral, profesional, de estudios o porque "habitual o temporalmente" se vive allí.
Esto facilita que personas que en realidad no son vecinos de Sierra Gorda, se inscriban para votar en ese lugar o cualquier otra comuna.
Auditoría
El director regional del Servel, Abel Castillo, explicó que la ley considera ciertos filtros para evitar anomalías en la conformación de los padrones.
Comentó que tras el cierre del periodo de cambios de domicilio, programado para mañana, se iniciará un proceso de revisión interna donde se intentará detectar "cualquier cosa fuera de la normal".
Posteriormente, agregó, el padrón auditado será publicado y en ese momento cualquier interesado tendrá diez días para presentar una reclamación ante el TER, si considera que existen anomalías.
"En esta etapa como servicio estamos obligados a recibir todos los cambios de domicilio que se presenten, pero existen estas instancias para dar tranquilidad a la población", dijo.
Castillo recordó además que el cambio de domicilio se realiza a través de una declaración jurada, lo que supone sanciones para las personas que proporcionen datos falsos.